¿Necesitas gafas? Todo lo que debes saber

En clase. Mover la cabeza en lugar de los ojos al leer, girar el libro o el cuerpo, entornar los ojos para ver la pizarra, no poder leer en silencio o seguir las frases con el dedo, pueden ser conductas que escondan un problema visual. Igualmente, si al escribir las líneas se tuercen en exceso no está de más hacer una revisión.

Al hacer deporte. Si al niño le cuesta coordinarse, tiene miedo a subir a columpios o no es capaz de recoger y devolver una pelota lanzada al aire, puede ser que la coordinación entre ambos ojos esté fallando.

En casa. Acercarse para ver la televisión, quejarse un día a la semana de dolor de cabeza o tener los ojos irritados después de leer y frotárselos son síntomas para acudir al oftalmólogo.

Solo un 30% de los menores se ha hecho alguna vez una revisión oftalmológica completa, según advierten desde la organización Visión y Vida. Si tu hijo está en Primaria y muestra alguno de los síntomas antes descritos, puedes hacerle unas pruebas de screening visual gracias a la campaña Ver para aprender: www.verparaaprender.es.