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¿Aún no has pasado por la fase que llega después de haber arrasado con todo desde el 20 de diciembre? Sí, hablamos del detox. Si ni siquiera te lo has planteado, tenemos algo que decirte: no llegues a engordar los cinco kilos de rigor antes de preocuparte por los excesos, porque luego será mucho más difícil quitártelos de encima. Y nunca mejor dicho. Además, debes tener en cuenta que los jerséis feos navideños en clave XL ya no valen después del 6 de enero, por lo que... los polvorones, turrones y dulces varios se notarán en tu silueta y por ende, en tu ropa.
¿Qué puedes hacer para que las fiestas no supongan una auténtica catástrofe para tu dieta sin privarte de nada? Elegir bien y detox. Es la única combinación posible (y ganadora) que podrás mantener en el tiempo. ¿Cómo?
No es lo mismo tomar seis comidas muy calóricas en todas las navidades que consumir todos los días productos insanos con la excusa de que es Navidad. Aprovecha el día 24 y 25 (como ya habrás hecho), el 31 y el 1 y el 5 y el 6 para comer lo que te gusta y disfrutar de los dulces tradicionales. ¿El resto de tiempo? La clave es comer ligero el resto del tiempo y hacer detox tras las comilonas.
Sí, la clave del detox es prescindidr del exceso de azúcares y ultraprocesados y basar tu alimentación en frutas y verduras. Pero no debe de ser un ayuno interrumpido por batidos. Es más, el detox comprende más cosas que cambiar la alimentación.
- Coloca la cocina: no es una tontería, alejas de ti todo lo insano y pones a la vista los alimentos más sanos y apetecibles tendrás menos tentaciñon, por ende, comerás mejor y no pecarás hasta tu próxima comilona.
- Llena tu nevera de frutas y verduras, si son ecológicas mucho mejor. Olvida la carne priorizando el pescado blaco que es más ligero y tiene menos calorías.
- Haz ejercicio: si comes lo que quieres y además no te mueves nada lo notarás enseguida. Para evitar tener el cuerpo pesado y la incómoda hinchazón lo mejor que puedes hacer es compensar las calorías de más con ejercicio físico.
- Planificación: si organizas y lo que vas a comer y piensas en menús será más difícil pecar. Bebe mucha agua, un vaso por la mañana en ayunas y mantente hidratada.
- Aumenta el consumo de fibra e introduce al menos seis o siete piezas de fruta al día.