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¿Podemos fiarnos de las apps nutricionales que escanean productos?

No es oro todo lo que reluce. Si son buenas pero debes aprender a interpretar lo que te dicen.

En los últimos meses los supermercados se han llenado de gente escaneando productos con sus móviles. Lo que hacen es leer los códigos de barras de los productos para saber si deben o no comprarlos. Para ello usan diferentes apps que, al leer el código, “traducen” los ingredientes de los alimentos según sus ingredientes e informan de los mismos, o directamente emiten una puntuación o veredicto sobre cómo de saludables son. Pero ¿qué tan fiable es la información que nos dan

Las que más sobresalen son cuatro: Yuka, MyRealFood y El CoCo.

Yuka: Esta app fue creada por el francés François Benoit, un padre de familia que buscaba cómo hacer accesible la información sobre el etiquetado. Es muy popular en Francia, con más de 10 millones de usuarios. Precio: gratis ¿Cómo funciona? Yuka evalúa alimentos y cosméticos. En cuanto al análisis nutricional, tras escanear el código de barras, la herramienta puntúa cada producto sobre 100, a partir de tres criterios: 60 % de la nota: la calificación en Nutri-Score. 30 % de la nota: penaliza la presencia de aditivos basándose en informes de la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA), la agencia francesa de seguridad sanitaria (ANSES), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y otros estudios independientes. El 10 % de la nota: valora en positivo si el producto cuenta con la etiqueta ecológica europea. Este sello no siempre garantiza que el producto ha cumplido todos los criterios de una producción sostenible. Cuando el producto suspende, la app propone alternativas mejor evaluadas.

Financiación. Según la compañía, procede de la cuota anual de 15 euros de las suscripciones prémium y de los 59 euros del Programa Nutrición –solo disponible en Francia–, a través del cual ofrece conocimientos sobre alimentación, recetas y acceso a nutricionistas.

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MyRealFood

Carlos Ríos, nutricionista y gurú del movimiento ‘realfooding’ en Instagram, es quien marca la pauta de esta aplicación. Define su propuesta como un estilo de vida saludable basado en consumir lo que él llama " comida real" y huir de los ultraprocesados. Precio: gratis

¿ Cómo funciona? La base de esta aplicación es la comunidad de realfooders: “Crean contenido proponiendo recetas saludables y se motivan entre ellos”, explica Carlos Ríos. Para evitar los bulos, la app establece moderadores que eliminan o desmienten cualquier información no acorde con la evidencia científica.

Esta aplicación clasifica los productos en tres grupos en función del Índice Real Food: comida real, buen procesado y ultraprocesado. Este índice ha sido creado por el propio Carlos Ríos a partir del sistema NOVA. Esta clasificación, creada en 2010 por la Universidad de São Paulo, agrupa los alimentos según el grado de procesamiento. “Lo hemos simplificado con la ayuda de un equipo de dietistas-nutricionistas y de abogados expertos en regulación del etiquetado buscando la mayor facilidad del usuario”, añade. En esta app hay espacio para los aditivos: “Informa de su presencia e indica si es inocuo o controvertido en función de los estudios científicos”, aclara Ríos.

El coco

Muestra las clasificaciones Nova y Nutriscore. La primera califica el grado de procesamiento de los alimentos entre 1 -no procesados o mínimamente procesados- y 4 (ultraprocesados). La segunda mide la calidad nutricional en función de los nutrientes y simplifica el etiquetado con un código de 5 letras que van de A (excelente) a E (muy mala), usando colores que van del verde al rojo para facilitar su reconocimiento visual. La app recomienda mirar siempre primero el grado de procesamiento para descartar ultraprocesados y, a partir de ahí, usar Nutriscore para encontrar las mejores opciones dentro de cada grupo.

¿Cómo puntúa o recomienda? No lo hace, solo da la información (sacada de OpenFoodFacts). Están trabajando en un sistema de calificación en una de las 17 categorías que establece la OMS atribuyéndoles un nivel máximo de calorías, sal, azúcar o grasas, cruzado con el sistema Nova y con el sistema de advertencias chileno como añadido.

¿ Entonces podemos o no fiarnos?

No del todo. Partimos de la premisa de que los aditivos forman parte de las valoraciones nutricionales de un producto, así que no podemos solo fijarnos en los aditivos. Lo cierto es que el valor nutricional de un producto es la suma de varias cosas.

Además muchas veces malinterpreta los ingredientes. Por ejemplo, Yuka penaliza incluso el ácido ascórbico, que no es otra cosa que vitamina C, así que muchos fabricantes están añadiendo vitamina C a sus productos por la función antioxidante.

Los expertos recomiendan que en vez de dejarte llevar por lo que dice una app, aprendas a leer los ingredientes, es importante que sepas qué es busques traducir a lenguaje "común" mucho de lo que oculta las etiquetas de los productos.

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Comida, Salud