El jengibre es uno de los tubérculos más utilizados a la hora de curar resfriados comunes y gripes. Es un alimento que encierra múltiples beneficios y si no, que se lo digan a Paula Echevarría que se toma un chupito de jengibre todo los días en ayunas para aprovecharse de sus propiedades.

No es un alimento que resulte atractivo para todos los paladares, por eso, hemos seleccionado algunas recetas con las que podrás introducirlo en tu día a día, sobre todo si necesitabas algo de inspiración.

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Té de jengibre

Necesitas:

-Agua hirviendo

-Jengibre

-Miel

-Una cucharada de limón

Añade al agua hirviendo el jengibre en láminas y déjalo reposar durante tres minutos. Depués, incorpora el limón, la miel y mézclalo a conciencia.

Jengibre en polvo

Necesitas:

-Una raíz de jengibre

-Una licuadora o mortero

-Un bote de vidrio para guardar el polvo

Lava bien la raíz y sécala al sol durante un día. Pásalo por la licuadora hasta conseguir un polvo fino. Guárdala en un frasco para usarlo cuando lo necesites.

Jengibre confitado

Necesitas:

-Una raíz de jengibre

-Azúcar o sacarina para endulzar

Lava la raíz en agua y ponla en una olla y cocínala con el azúcar o la sacarina. Cuando estén hechos, déjalo secar.

Jengibre en almíbar

Necesitas:

-250 gr de jengibre fresco

-Un litro de agua

-Dos tazas de azúcar

Después de cortar y pelar en trozos el jengibre déjalo secar durante un par de días. Pon a hervir el agua y disuelve el azúcar. A continuación, hiérvelo y cuando el agua alcance la textura deseada aparta del calor y guárdalo en un frasco.

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