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¿Tienes dolores articulares? No eres la única si te sirve como un pequeño consuelo. La menopausia, la vida sedentaria, los movimientos mecánicos y repetitivos o la práctica habitual de ejercicio físico son factores que pueden provocar efectos como esos dolores en las articulaciones, aunque muchas veces se dan sin causa aparente o por determinadas enfermedades como la artritis o el reuma. Con una alimentación sana y unos buenos hábitos de vida podemos paliar estos dolores fortaleciendo las articulaciones, músculos, huesos, cartílagos y tendones. Te damos algunos consejos para contraatacar desde la mesa, tanto si sufres en estos momentos de dolores articulares como si quieres prevenirlos.
Vídeo. Protege tus huesos con ejercicio y alimentación /
La dieta alcalina se basa en neutralizar la acidez de la sangre para así evitar la inflación y limpiar y depurar el cuerpo de toxinas y metales pesados. Los alimentos que provocan esta acidez en la sangre son, entre otros, la leche, el café, carne roja, harinas refinadas, el azúcar… evítalos todo lo posible y opta por incluir en tus menús alimentos alcalinos como el brócoli, el aguacate, el pimiento rojo, las manzanas, las coles o las zanahorias.
El agua es el mejor alcalinizan que existe así que ponte las pilas con el propósito de beber 8 vasos de agua diarios. Si te cuesta beber agua puedes darle un toque diferente haciendo agua infusionada con, por ejemplo, pepino, jengibre, manzana, canela… También puedes añadir más agua a tu dieta tomando caldos e infusiones, si son depurativas como la cola de caballo o el diente de león mejor.
Conviene evitar la proteína animal por la acidez pero puedes incluir algunas con mesura. Lo ideal es no ingerir carne roja y decantarse por el consumo de carnes blancas como el pollo o el pavo de forma moderada. Tomar pescado azul como salmón o caballa también sería una buenísima opción como proteína que además añadiría Omega 3 a tu dieta, sustancia que mejora la función cognitiva, reduce la inflamación y mantiene sanas las articulaciones.
Las legumbres y los frutos secos con una magnífica fuente de proteínas vegetales. Puedes sustituir la proteína animal por estos alimentos ya que se ha estudiado que cuentan solo con algunos aminoácidos esenciales menos que la proteína animal por lo que son una alternativa muy saludable para incluir en tu dieta y cuidarte más.
Son dos elementos fundamentales para mantener fuertes tanto huesos como articulaciones. También van a mantener a raya el cansancio, el insomnio, las migrañas y la ansiedad. Volvemos a recomendarte incluir en tus menús legumbres y frutos secos pero además algas, brócoli, kale, semillas de sésamo, semillas de calabaza, higos secos, perejil, avena, plátano, chocolate negro….
El magnesio es un mineral esencial para la salud y actúa junto al calcio en la formación de los dientes y de los huesos. Protege las articulaciones y el buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular. Lo bueno es que no es nada difícil obtenerlo desde una dieta saludable y equlibrada.
No se suele hablar de la importancia del azufre en la alimentación ni de los alimentos que contienen este mineral pero es un importante elemento de sostén que refuerza los cartílagos y protege las articulaciones. Puedes encontrar este mineral en las cebollas, los puerros, las coliflores o el ajo.
De lo que seguro has oído hablar cientos de veces es del colágeno. El colágeno es básico para mantener unidos los tejidos conectivos. Los músculos, tendones, cartílagos, ligamentos, huesos… se mantienen unidos gracias al colágeno que permite a las estructuras y tejidos del cuerpo sostenerse. Puedes añadir colágeno a tu dieta a través de alimentos como la gelatina, el caldo de huesos o incluso con colágeno hidrolizado.
La vitamina D mejora la absorción de calcio y es la responsable de mantener sano el sistema nervioso, los músculos y el sistema inmunitario. La mejor manera de sintetizar naturalmente vitamina D es exponiéndonos al sol pero cuando esto no es posible podemos utilizar suplementos.
La carencia de vitamina D puede acarrear pérdida de densidad ósea, dolor de articulaciones, debilidad… además de asociarse con problemas de salud como la diabetes, hipertensión, cáncer o enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple.
Puedes también reforzar los niveles de vitamina D con la dieta aunque los alimentos no cuentan con grandes cantidades de esta vitamina. El hígado, el pescado azul, la yema de huevo o los productos fortificados con vitamina D son una buena opción. Revisa tus niveles de vitamina D porque su exceso también es problemático ya que es tóxica en niveles altos y puede dañar los riñones, elevar el nivel de calcio en sangre (hipercalcemia), arritmias, náuseas, vómitos o debilidad entre otros síntomas.
Cuidando bien de tu dieta, teniendo unos hábitos saludables, una actitud positiva y practicando ejercicio vas a lograr prevenir y minimizar los dolores articulares. Ya lo dice el refrán, somos lo que comemos, cuídate más por dentro y lo notarás por fuera.