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Podemos mejorar nuestro sistema inmunitario modificando el estilo de vida desde el minuto uno. Lo confirma la doctora África González Fernández, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo y presidenta de la Sociedad Española de Inmunología. “Si cuidamos aspectos como la alimentación, el ejercicio o la higiene, los efectos beneficiosos sobre el sistema inmune pueden ser inmediatos y notarlos en pocos días o semanas”, explica la catedrática.
Tener unas defensas altas es importante, ya que “se encargan de defendernos de patógenos, realizan una vigilancia antitumoral y responden frente a señales de peligro”. De ahí que sea clave saber qué señales envía el cuerpo cuando su sistema inmune empieza a flaquear: “ Infecciones frecuentes (respiratorias, por hongos...), cansancio, falta de sueño, palidez, apatía...”, enumera la doctora González.
El doctor Miguel Martín Almendros, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y miembro de la junta directiva de Infito, Centro de Investigación sobre Fitoterapia, insiste en que “el 80% de nuestro sistema inmunitario está en el intestino, por eso es tan importante la salud de la microbiota y su equilibrio respecto a la mucosa intestinal. Por fin comenzamos a reconocer que no se trata simplemente de una serie de bacterias curiosas que se parecen a las de los yogures, sino que es un órgano en sí mismo”. Su consejo: “Alimentación y alimentación. Optar por productos de proximidad y de temporada, con máxima concentración en fitonutrientes. Y evitar el azúcar refinada. Es un auténtico fertilizante para patógenos, hongos y levaduras del sistema intestinal”.
ALIMENTACIÓN: Toma alimentos ricos en vitaminas y minerales: arroz, pollo o yema de huevo (selenio); cítricos (vitamina E); ternera, hígado y frutos secos por el zinc; yogur por sus probióticos... Reduce grasas, azúcar y productos industriales.
HIDRATACIÓN: El agua (dos litros diarios) ayuda a eliminar toxinas, mantiene las mucosas húmedas y previene que los gérmenes se adhieran a las paredes de nariz y pulmones.
EJERCICIO: Según la doctora África González, mejor que sea moderado, porque si es muy intenso puede incrementar las infecciones. El doctor Martín añade que romper con una actividad física regular (bici estática, baile...) puede suponer una inmunosupresión.
HORAS DE SUEÑO: “Siete u ocho horas procuran un correcto ritmo circadiano, que favorece la producción de hormonas necesarias para el desarrollo de los leucocitos”, explica la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología.
EQUILIBRIO MENTAL: Vivir bajo estrés o ansiedad libera cortisol, una hormona que deprime el sistema inmunitario. Revierte su efecto con endorfinas (se liberan con risa y ejericio).
ALCOHOL Y NICOTINA: Son muy peligrosos. “El tabaco altera la línea de defensas de la mucosa respiratoria y el alcohol daña las defensas como lo hace el estrés o una depresión”, añade González.
Nos conviene tratar bien a nuestra microbiota. Gracias a la investigación en otros brotes de coronavirus (sobre todo a partir del Sars-Cov que causó en 2003 la epidemia del síndrome respiratorio agudo grave, SARS, en los países del sudeste asiático), los científicos están conectando hoy el Cov-19 con el tracto gastrointestinal. Durante aquella crisis, se encontró la misma enzima en las vías respiratorias e intestinales, y se planteó la existencia de un eje intestino-pulmón similar al mucho más conocido eje intestino-cerebro. Así, los famosos probióticos no solo mejorarían el funcionamiento digestivo, sino que podrían proteger el aparato respiratorio.