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Quizá te sorprenda saberlo, pero necesitas grasa en tu cuerpo para estar sana. La grasa ayuda a proteger los órganos y las articulaciones, permite que controles tu temperatura corporal, contribuye a la asimilación de vitaminas (y a su almacenamiento) y es una fuente de energía para las células. Para hacer todo esto el cuerpo femenino necesita que del 12 al 20% de su peso corporal corresponda a grasa. Pero si estás leyendo esto seguramente tu problema es que tengas más grasa almacenada de la que necesitas y superas ese 20%. La buena noticia es que si cambias algunos hábitos de tu estilo de vida, como por ejemplo aprender a acelerar tu metabolismo, puedes ayudar a tu cuerpo a quemar ese excedente. ¿Quieres saber cómo? Pues apunta estos trucos para eliminar grasa y evitar almacenarla.
A todos nos pasa: hacemos 20 ejercicio y pensamos que así quemamos dos millones de calorías… y no es así. De hecho, hay quién se permite un capricho dulce y calórico pensando que como luego va a ir al gimnasio lo va a “quemar”. Y no, desgraciadamente se equivocan. Un estudio canadiense demostró que tanto los hombres como las mujeres que acuden al gimnasio y están en su peso calculan que gastan en su entrenamiento hasta cuatro veces más calorías de las que queman en realidad. Y eso en gente que entrena y está en su peso, si eres una persona sedentaria y apenas te mueves (lo que produce que tengas menos masa muscular y por tanto tengas muchas menos probabilidades de quemar las calorías extra) el panorama empeora mucho.
¿La solución? Sé realista con tu actividad física, ajusta tus raciones de comida a lo que te mueves al cabo del día y abandona el hábito de las calorías vacías para siempre. Un consejo especialmente importante si tu día a día no es especialmente ajetreado físicamente. Recuerda que para que esa cerveza del aperitivo no se convierta en grasa necesitas caminar 40 minutos y un helado de vainilla son 103 minutos de caminata.
Quemar grasa implica moverse más. Hasta un paseo antes de cenar de 20 minutos es mejor que no hacer nada en absoluto. Pero si realmente quieres ponerte a ello y tu dificultad para poder ejercitarte es que no encuentras tiempo, prueba con el entrenamiento con intervalos de alta intensidad o HIIT. Un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine comprobó que este tipo de entrenamiento en los que se alternan dos tipos de intensidades (una alta y otra de base) permitía quemar un 28% más de grasas que el entrenamiento aeróbico de toda la vida.
¿Puede ayudarte tu mejor amiga a perder grasa? Pues sí, si quedáis para moveros juntas. Todos los estudios apuntan que realizar deporte en compañía es más beneficioso que hacerlo en solitario. No solo ayuda a combatir el estrés (otro factor de riesgo para acumular grasa) sino que hace que seamos más constantes en nuestros objetivos y estemos más motivados para hacer ejercicio a diario. Si tus amigas no son de moverse demasiado, buscar un club deportivo en tu zona que te ayude a combatir el sedentarismo.
Apagar la televisión para comer ayuda a perder grasa. Un estudio de la Universidad de Minnesota comprobó que las familias que comían frente al televisor no solo consumían más calorías de las que necesitaban porque eran menos conscientes de las raciones que comían, es que, además, hacían peores elecciones nutricionales. Recupera el gusto por la sobremesa y las comidas en familia y apaga la televisión a la hora de las comidas. Y si llevas los platos ya servidos a la mesa, mejor que mejor: está comprobado que si lo hacemos así consumimos un 20% menos de calorías diarias.