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¿Quieres ser la reina del supermercado? Aquí tienes 10 trucos para hacer una lista de la compra saludable que te permita mantener la ansiedad a raya

¿Sabes por dónde comienza a fracasar una dieta? Por el principio: el supermercado. Si eres organizada y compras solo lo que de verdad necesitas, será el comienzo de tu nuevo triunfo. Aquí tienes 10 consejos para hacer la mejor lista de tu compra para que tu dieta sea (por fin) la más sana del mundo y no te haga vulnerable a los momentos de ansiedad.

La cuarentena te ha obligado a aprender a hacer listas de alimentos imprescindibles para tener en casa, pero luego, no sabes muy bien cómo, tu despensa se ha llenado de cosas que de verdad no necesitabas. Son esos alimentos que jamás deberías meter en la cesta de la compra, pero que inevitablemente se cuelan (con tu permiso) en tu cocina. Si quieres hacer una cesta de la compra saludable de verdad, debes seguir varias pautas y trucos para no tener en casa cosas que te hagan sucumbir a la ansiedad. Y aquí tienes 10 tips de verdad efectivos para salir a hombros del supermercado.

Planifica tu lista de la compra en base a tu dieta sana

Antes de ir al supermercado, siéntate frente a una mesa y elabora una lista de la compra de verdad con solo lo que necesites y con cosas que estén en tu dieta. Nada más que eso. Será una lista inamovible y no se permite improvisar.

Elabora un menú semanal

Para saber qué cosas debes incluir en la lista de la compra, deberás tener claro cuál es el menú semanal y qué irás comiendo más o menos con el paso de los días. Decida el domingo un poco de tu tiempo para diseñar ese menú o pide ayuda a una nutricionista y dietista. Si te da ansiedad por comer en casa, que ocurrirá, al menos que no sea con alimentos que arruinen tu dieta.

Céntrate en los puestos de mercado tradicional

Lo ideal es acudir a un mercado de toda la vida, aunque muchas veces no es sencillo. Si vas a un supermercado, procura pasar el mayor tiempo posibles en los puestos de frutas y verduras, pescadería, carnicería… Allí podrás elegir qué es lo que quieres, ver el proceso de preparado y comprobar las proporciones.

Apuesta por los productos de temporada

Los productos de temporada van a ser siempre más frescos, sabrosos y económicos. Te ayudará aquello de elaborar un menú semanal y una lista si le dedicas algo de tiempo a conocer cuáles son los productos y alimentos de temporada. Procura que sean frescos para aprovechar todas sus propiedades.

Evita los pasillos de ultraprocesados

Entrar en el supermercado y ponerte en el pasillo de los ultraprocesados es montarte en el tren de la bruja. Solo hay tentaciones, con esos productos de colores chillones y supuestamente atractivos. Muchas veces (casi todas) acabas sucumbiendo a la melodiosa llamada de los congelados empanados, las pizzas, los helados y cualquier producto nacido de la semilla del diablo. Lo más sencillo: apartarse del camino de la tentación.

Agua y solo agua

Jamás accedas al pasillo de las bebidas refrescantes, con los mismos efectos nocivos que el de ultraprocesados. No las necesitas porque son fuente de calorías y te van a hinchar hasta límites insospechados. Camina directa a por el agua y llena tu carro de bidones. Cuanto más grandes, mejor.

No improvises jamás

Has dedicado tu tiempo a hacer un menú y elaborar la lista de la compra perfecta. Así que no es tiempo de improvisar. No te saltes nada de lo que has escrito y, mucho más importante, no añadas cosas al tuntún. Es así como suelen aparecer en la despensa las cosas que no necesitabas. Además, ahorrarás dinero y evitarás la famosa frase: “¿Pero cómo me he podido gastar tanto dinero?”.

Compara precios entre productos iguales

Nunca vayas a lo loco y metas las cosas en el carro sin mirar. Las sorpresas al ver las facturas están a la orden del día. Busca productos en oferta y, siempre que puedas, aquello del 3x2 tan socorrido. Pero siempre con la regla de oro: solo si de verdad lo necesitas.

Mira las etiquetas de los alimentos

Todos los productos deben llevar asociada una información nutricional. Allí encontrarás el ADN de todo lo que metes en la lista de la compra. Y mucho cuidado con las llamativas etiquetas de “light”, “bajo en grasa”, “sin añadidos” y demás. Suelen esconder alguna cosa que no te esperas y que aniquila tu proyecto de dieta sana.

No vayas a la compra con hambre

Jamás agarres el carro del supermercado con hambre. Eso te hará más vulnerable a la tentación no solo de comprar más, sino de adquirir productos poco saludables que tu cuerpo está deseando en esos momentos para saciar su apetito. Solo alimentará tu ansiedad por comprar lo que no necesitas.

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