Del yogur al tempeh: los cinco probióticos más saludables que debes incluir en tu dieta para mejorar tu microbiota

Cada vez son más las personas que se preocupan de la microbiota, y con razón. Porque tener una buena salud intestinal es sinónimo de bienestar general. Y los probióticos son básicos para tener una buena salud intestinal. El auge de su consumo se traduce en su cada vez mayor presencia en los supermercados. La gente los quiere tomar.

ANASTASIA SHURAEVA / PEXELS

Tamara Vila
Tamara Vila

Los alimentos elaborados con probióticos son buenos para el sistema inmune, algo tan en boga en estos tiempos. Da igual que tomes probióticos antes o después de comer . Lo importante es que lo hagas. Y, además, de alimentar tus defensas contra los virus, consumir probióticos te va a ayudar a bajar peso . Son muchos beneficios y muchas opciones disponibles. Aquí tienes cuáles son las mejores.

Los probióticos son microorganismos vivos que tienen extraordinarios beneficios para la salud cuando se consumen. Los puedes encontrar en forma de suplemento, pero también puede obtenerlos a través de los alimentos fermentados. Como los siguientes:

Yogur

El yogur es una de las mejores fuentes de probióticos, esas bacterias amigables que pueden mejorar tu salud. Está hecho de leche que ha sido fermentada por probióticos, y principalmente por bacterias del ácido láctico y bifidobacterias. Consumir yogur está asociado con muchos beneficios para la salud, incluida una mejor salud ósea. También es beneficioso para las personas con presión arterial alta. Pero ten en cuenta que no todos los yogures contienen probióticos vivos. En algunos casos, las bacterias vivas han muerto durante el procesamiento. Por este motivo, asegúrate de elegir yogur con cultivos activos o vivos.

Kéfir

El kéfir es una bebida láctea probiótica fermentada. Se elabora añadiendo granos de kéfir a la leche de vaca o de cabra. Los granos de kéfir no son granos de cereal, sino cultivos de bacterias del ácido láctico y levadura que se parecen un poco a la coliflor. Puede ayudar a mejorar la salud ósea, ayudar con algunos problemas digestivos y proteger contra infecciones. Si bien el yogur es probablemente el alimento probiótico más conocido en la dieta occidental, el kéfir es en realidad una mejor fuente de bacterias beneficiosas.

Chucrut

El chucrut es repollo finamente rallado que, aunque no te lo creas, ha sido fermentado por bacterias del ácido láctico. Es uno de los alimentos tradicionales más antiguos y es popular en muchos países, especialmente en Europa del Este. Se usa a menudo sobre salchichas o como guarnición. Además de sus cualidades probióticas y ayudar a tu microbiota, el chucrut es rico en fibra, así como en vitaminas C y K. También tiene un alto contenido de sodio y contiene hierro y potasio.

Tempeh

El tempeh está llegando ya a los supermercados de todas partes, así que ya no tienes excusa para incorporar a tu dieta este producto de soja fermentada. Originario de Indonesia, se ha vuelto popular en todo el mundo como sustituto de la carne con alto contenido de proteínas. La soja suele tener un alto contenido de ácido fítico, un compuesto vegetal que impide la absorción de minerales como el hierro y el zinc. Sin embargo, la fermentación reduce la cantidad de ácido fítico, lo que puede aumentar la cantidad de minerales que tu cuerpo puede absorber del tempeh. La fermentación también produce algo de vitamina B12, un nutriente que la soja no contiene.

Miso

El miso es un condimento japonés que se elabora tradicionalmente fermentando soja con sal y un tipo de hongo llamado koji. Además, de vigilar tu microbiota, se trata de una buena fuente de proteína y fibra. También tiene un alto contenido de varias vitaminas, minerales y compuestos vegetales, como la vitamina K, el manganeso y el cobre. Es rico en varios nutrientes importantes y puede reducir el riesgo de cáncer y accidente cerebrovascular, especialmente en las mujeres.