Hay alimentos procesados que sí son buenos para la salud, como por ejemplo las verduras congeladas. Desde las tradicionales recomendaciones nutricionales hasta las nuevas actualizaciones, como la pirámide belga de alimentación, todas abogan por desterrar de cualquier dieta los «malos» alimentos procesados, aquellos que no necesitas para estar saludable. Porque tanto los procesados insalubres como los ultraprocesados acortan la vida. ¿Por dónde empezar? Por los siguientes productos, tan populares en cualquier despensa o frigorífico.
Si no sabes por dónde comenzar, el bacon es un excelente punto de partida. Contiene unos delirantes niveles de sodio, lo que puede disparar los niveles de presión arterial. Pero si solo fuera el sodio… ¿Sabes por qué está tan rico? Porque está cargado de grasas saturadas, responsables de enfermedades cardíacas y obesidad. Pero espera, porque hay más. Tiene una enorme cantidad de conservantes, lo que te puede agudizar los dolores de cabeza e incitar al cáncer. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud lo considera tan malo como los cigarrillos. Una recomendación: cámbialo por el aguacate, que es muy rico y contiene grasas y proteínas saludables.
Margarina, la alternativa no saludable a la mantequilla
Hubo un tiempo, y no tan lejano, en el que la margarina se consideraba la alternativa saludable a la mantequilla. Sin embargo, la verdad es que la mayoría de las margarinas contienen muchas grasas trans, consideradas menos saludables que cualquier otra grasa. Aumentan las lipoproteínas de baja densidad (LDL) o el colesterol malo, lo que puede desembocar en enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Es mejor la mantequilla, aunque siempre en cantidades muy moderadas.
Es uno de los aderezos favoritos de los niños y un imprescindible en las hamburguesas y patatas fritas. Poco de tomate hay en realidad, pues se presenta disperso entre toneladas de azúcar y sal sin ningún valor nutricional. Pero no tienes que renunciar al kétchup. De nuevo: hazlo tú misma. Cocina una salsa de tomate, añade una cucharadita de vinagre y condimenta con un poco de azúcar o sal.
Las palomitas de maíz en sí son hasta saludables si se hacen sin aceite y se les echa poca sal. Pero las palomitas de maíz para microondas son el demonio. Es, entre otras cosas, debido a los muchos químicos que tiene. Por ejemplo, los perfluoroalquilos, relacionados con problemas de salud diversos que incluyen el deterioro de la función renal. Y qué decir de sus grasas saturadas, sus calorías y el controvertido aceite de palma que suelen incluir. El consejo: hazlas tú misma. Pon maíz en una sartén, cubre la parte superior con papel de aluminio y espera a que comiencen a saltar.
Si estás decidida a llevar una dieta saludable, lo peor que se te puede ocurrir es ponerte hasta arriba de productos congelados. Ya sabes, cosas como pizza, canelones, fritos… Los clásicos congelados están llenos de azúcares, grasas y sodio. Estos aditivos pueden provocar problemas cardíacos y de peso. Son cosas que además fomentan la adicción y te crean una falsa sensación de saciedad, pues pronto volverás a tener hambre.