psicología
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El ajetreo del día a día nos puede pasar mucha factura en nuestro bienestar, tanto físico como mental. Esto lo vemos reflejado en todos los aspectos de nuestra vida, como la calidad del sueño, llegando a desembocar en insomnio, el estado de ánimo o la actitud con la que afrontamos las cosas.
Por ello, hay que saber encontrar la calma dentro de la tempestad, ese momento en el que te dediques tiempo a ti misma, a relajarte y no pensar en nada. Sabemos que puedes pensar que esto es casi imposible, normal, pero lo cierto es que ya sabemos cuál es la técnica que va a marcar un antes y un después.
Seguro que conoces el término de hipnosis, que se trata de un estado de profunda relajación del sistema nervioso, pero en el que el cerebro sigue activo. La experta psicóloga y colaboradora de Petit BamBou, Alejandra Vallejo-Nájera, afirma que a través de esta práctica se puede mejorar el bienestar de las personas a cualquier nivel.
La autohipnosis, por su parte, consiste en inducirse este estado de relajación a uno mismo, con el objetivo de acceder al subconsciente, modificando los patrones de comportamiento que nos perjudiquen. ¿Por qué el subconsciente? Porque es el principal encargado de nuestra personalidad, emociones y hábitos.
Con lo cual, al poder entrar en contacto con esta parte, seremos capaces de reconducir todas aquellas conductas que queramos cambiar. Al contrario que la hipnosis, que se realiza en un entorno clínico por profesionales, la autohipnosis es algo un poco más diferente.
Esta puede llevar a cabo en casa por uno mismo, como bien indica su nombre, y no tienes por qué padecer ningún tipo de trastorno o patología para poder realizarla. De hecho, y según los expertos, practicarla de forma habitual fortalece la comunicación entre el cerebro consciente y el inconsciente.
Puedes practicarla de forma autónoma, o si ves que al principio te cuesta, siempre puedes echar mano de un libro, música o incluso de un profesional en las primeras sesiones. Independientemente de lo que elijas, esta técnica te ayudará a aliviar la ansiedad, mejorar la autoestima y tener más energía en tu vida diaria.
Eso sí, hay que tener en cuenta que no sustituye a la terapia convencional, aunque si es que puede complementarla. Al principio te costará cogerle el truco, ya que requiere mucha concentración y relajación al mismo tiempo, así que no esperes los mejores resultados en el primer intento.
Esto es prueba y error, y es ir practicando de forma diaria hasta que lo consigas. Vete apuntándolo todo: lo que sientes y experimentas, cómo reacciona tu cuerpo, qué se te pasa por la cabeza y las consecuencias que notas después de cada sesión. De esta forma podrás ir viendo los progresos y los beneficios que produce en tu cuerpo.
Pero, sin duda lo más importante, es no tener prisa. Está claro que nuestros horarios siempre van muy justos con todas las responsabilidades que tenemos a nuestras espaldas, pero hay que saber encontrar el momento, y no pensar en nada del exterior.