Cómo hacer el puré perfecto que no engorda, te aporta energía y sabe buenísimo: los ingredientes perfectos y las formas de cocinarlo

Si estás a dieta, puedes comer patatas en forma de pur é. Si te has aburrido de ciertas verduras, las puedes triturar y combinar para obtener otras texturas. Y si simplemente tienes problemas para tragar, acudes a cosas más blandas. Son las bondades del puré, una forma de presentar platos que además es muy práctica: lo pones en un tupper y lo sacas de casa.

Una dieta con puré es en realidad comer alimentos con una textura modificada que se suele usar cuando tienes dificultades para comer alimentos sólidos y algunas personas también optan por comer alimentos en puré como una forma de perder peso. Así, puedes convertir casi cualquier alimento o comida en un puré mientras el resultado final tenga una consistencia similar a la de un pudín.

Una dieta bien equilibrada que incluya el puré requiere la utilización de frutas y verduras, pero con cierto control. Depender demasiado de estos alimentos puede dificultar no solo la satisfacción de tus necesidades diarias de nutrientes, sino convertir la dieta en algo aburridísimo que desemboque en abandono.

Solo con frutas y verduras, te encontrarías antes un déficit de proteínas, claves para el metabolismo, la inmunidad, la reparación muscular y el control del apetito. También perderías grasa, necesaria para provocar la saciedad y la absorción de vitaminas liposolubles, así como de micronutrientes como calcio, hierro y vitamina B12. Para evitarlo, intenta hacer puré con alimentos que normalmente disfrutas comiendo en su forma sólida. Esto ayudará a garantizar que tu dieta en puré sea variada, sabrosa y satisfaga sus necesidades de nutrientes.

Legumbres, pasta, carne…

Los purés de legumbres son extraordinarios y al paladar se te harán mucho más apetecibles si te has cansado de ellas por la posible pesadez al masticarlas. Valora la posibilidad de hacer puré de lentejas, garbanzos o hasta judías. ¿Y has probado a hacer puré con los espaguetis a la boloñesa, los macarrones con queso o los penne con bolas de carne o espinacas? Cocina la pasta como lo harías normalmente, agrega un poco más de agua o salsa y licua el plato hasta que quede como un puré. Habrás llegado a otra dimensión.

Y lo mismo se puede decir del puré utilizado para elaborar las más deliciosas guarniciones. Eso ya es lucirse. Por ejemplo, un puré de patatas, vegetales licuados, guisantes o salsas caseras. Además, suelen tener unas presentaciones formidables y con unos colores que alegran cualquier plato a la vista.

El puré visto como esperanza para perder peso fue una idea que ganó popularidad en estos años con relativo fundamento. Reemplazar las comidas sólidas con alimentos en puré puede ayudar a reducir la ingesta diaria de calorías si utilizas muchos alimentos bajos en calorías, como frutas y verduras, y menos alimentos con alto contenido calórico, como granos refinados, grasas y azúcar.

Los alimentos en puré también pueden tener un sabor más suave y su textura a menudo los hace menos atractivos para comer, lo que puede llevar a comer menos en general. Como cualquier dieta de moda que resulta en un déficit de calorías, una dieta de alimentos triturados ayuda a perder algo de peso, al menos a corto plazo, pero sin embargo es probable que recuperes el peso perdido, y tal vez incluso más, una vez que comiences a comer sólidos nuevamente. La recomendación: no abuses de los purés e incluye variedad de alimentos sanos.