Desayuno
Desayuno
Durante largas décadas circuló casi como un mantra: no desayunar es malo. Y claro, ya puesta, te lanzas a por el desayuno saludable. Investigas y preguntas cuáles son los mejores alimentos para comenzar el día con energía y al revés: buscas los alimentos que debes eliminar de tu desayuno. Pero tú te sientes igual: ni más vitalidad ni menos kilos ni nada. Lo que dice la ciencia es que no hay ninguna regla fija para el desayuno y todo depende de cómo seas tú y cómo funcione tu metabolismo. No, el desayuno no es la comida más importante del día.
Probablemente no importa si desayunas o no. Lo que de verdad cuenta es que comas bien y sano el resto del día. Porque la realidad científica dice que el desayuno no sirve realmente para activar tu metabolismo, en contra de la creencia popular. Y tampoco es cierto que saltártelo te haga comer luego en exceso y aumentar de peso. Todo se reduce a ti y lo que te hace sentir mejor.
Si te levantas con hambre y te gusta el desayuno, debes seguir con esa rutina, aunque procurando que todo sea lo más saludable posible. Porque sí, atiborrarte de pan con mantequilla y mermelada te hará empezar el día como una moto, pero seguramente te abotargue muy pronto y, por supuesto, te acabarás llevando un disgusto en la báscula.
Y si no tienes hambre por la mañana y tampoco sientes que necesitas el desayuno, no lo hagas. Es tan simple como eso. Sin embargo, si te saltas el desayuno porque estás haciendo algún tipo de dieta y ves que no puedes con la jornada que se te presenta por delante, será un error quitarte esa primera comida del día porque sufrirás mucho en todos los sentidos.
Tradicionalmente se ha dicho que el desayuno te ayuda a perder peso y que omitirlo puede aumentar el riesgo de obesidad. Sin embargo, muchos estudios serios han comenzado a cuestionar ese consejo universal de desayunar para estar mejor. Es cierto que muchos estudios muestran que quienes desayunan tienden a llevar una vida más saludable y es menos probable que desarrollen sobrepeso y enfermedades crónicas. Por eso, muchos expertos afirman que desayunar es bueno. (enlace)
Sin embargo, estos resultados no prueban que el desayuno en sí sea lo que te haya hecho estar más saludable. La explicación más probable es que hayas llevado una vida saludable en sí, con unos buenos hábitos en todos los sentidos: nutrición, ejercicio, relajación, etc. Del mismo modo, hay estudios que muestran que las personas que se saltan el desayuno tienden a fumar más, beber más alcohol y hacer menos ejercicio.
Los estudios muestran que no hay diferencia entre las calorías quemadas durante 24 horas de las personas que comen respecto a aquellas que se saltan el desayuno. Es decir, no hay relación directa entre desayunar y adelgazar. El hecho de comer o saltarse el desayuno no tiene ningún efecto sobre la cantidad de calorías que se queman a lo largo del día. Es un mito.
Y otra paradoja: ayunar tampoco implica una reducción automática del peso. De hecho, hacerlo puede hacer que te sientas con mucha hambre y comer en exceso a lo largo del día después de generar una ansiedad que no es buena para ti. No obstante, si no te sucede esto y/o estás inmersa disciplinadamente en una dieta con ayuno intermitente, es muy probable que sí te ayude a adelgazar.
En resumen: los estudios más serios hechos hasta la fecha muestran que no importa si las personas hacen o se saltan el desayuno. No hacerlo te puede hacer comer más en el almuerzo, pero no lo suficiente como para compensar esa primera comida que no hiciste.