Puedes tener problemas circunstanciales para tragar por muchos motivos. Puede ser por dolor de garganta o por motivos que van más allá de un simple resfriado. Entre éstos últimos está la disfagia, una afección en sí misma que realmente te puede amargar la vida. Porque sufrir ese atasco de comida en el cuello es algo muy poco deseable. Con el tiempo, la disfagia también puede causar síntomas como pérdida de peso.
En el organismo, hay 50 pares de músculos y nervios que se activan para ayudarte a tragar. Es decir, que hay muchos motivos por los que algo puede salir mal en el acto de engullir alimentos. Algunas de las causas más normales son el reflujo ácido, la acidez estomacal, una epiglotitis, esofagitis o el herpes, entre otras.
Normalmente, las personas con disfagia tienen ciertos problemas para tragar ciertos alimentos o líquidos, pero otras no pueden meter alimentos en su cuerpo de ninguna manera. Algunos signos de disfagia incluyen toser o atragantarse al comer o beber, subir la comida hasta la nariz, sensación de atasco en la garganta o el pecho, producción excesiva de saliva, molestias diversas al masticar… Con el tiempo, la disfagia también puede derivar en pérdida de peso e infecciones respiratorias repetidas.
La disfagia generalmente puede aparecer como consecuencia de otra condición de salud como una afección que afecta el sistema nervioso (derrame cerebral, una lesión en la cabeza, esclerosis…), enfermedad por reflujo gastroesofágico o, en el caso, de los niños, como resultado de una discapacidad del desarrollo o del aprendizaje.
Si no se trata, la disfagia a veces puede provocar más problemas y uno de los más comunes es toser o atragantarse ya por sistema, que la comida baje por el camino equivocado y bloquee las vías respiratorias con más frecuencia de lo deseable. Y eso es peligroso. Puede llegar a provocar infecciones en el pecho, como neumonía por aspiración, que requiere tratamiento médico urgente.
Debes consultar a su médico de cabecera si tienes dificultad para tragar o cualquier otro signo de disfagia con el fin de que puedas recibir tratamiento que te ayude con los síntomas. Es fundamental detectar la disfagia con tiempo para descartar otras afecciones más graves, como puede ser el cáncer de esófago, con el que presenta algunos síntomas comunes.
El tratamiento generalmente depende de la causa y el tipo de disfagia. La mayoría de los casos mejoran rápidamente con un tratamiento cuidadoso y, por ejemplo, suele funcionar cambiar la consistencia de los alimentos y los líquidos para que sean más seguros para tragar. Pero si no mejoran los síntomas, puede requerir incluso una cirugía para ensanchar el esófago, estirándolo o insertando un tubo de plástico o metal (stent).