El estreñimiento tiene tantas causas como remedios y lo importante es saber detectarlo para luego poder tomar medidas. No solo necesitas fibra para ir al baño porque esa operación estreñimiento tiene múltiples aristas. En general, tanto el estreñimiento como el dolor abdominal se previenen o tratan con un estilo de vida sano que incluya dieta y ejercicio.
Los síntomas del estreñimiento y el dolor abdominal
Los síntomas comunes del estreñimiento pueden incluir tener menos de tres evacuaciones intestinales en una semana, heces duras, incapacidad para vaciar completamente sus intestinos y en general dificultades para hacer de vientre. Los síntomas del dolor abdominal cuando están relacionados con el estreñimiento, que es la mayoría de las ocasiones, pueden incluir hinchazón, poco apetito y dolor de estómago generalizado. El estreñimiento con dolor abdominal es muy común. En la mayoría de los casos, se produce por la acumulación de gas en el abdomen o por la necesidad de defecar.
Las causas de una mala salud digestiva
Las causas del dolor abdominal y el estreñimiento son variadas. Lo primero es un estilo de vida inadecuado. Por ejemplo, no comer suficientes alimentos con fibra, como pueden ser verduras, frutas o cereales. También el estrés, no beber suficiente agua, falta de ejercicio o cierto tipo de medicamentos y suplementos con hierro y calcio, diuréticos, antiácidos y más.
Cómo tratar el estreñimiento y el dolor abdominal
El tratamiento para el dolor abdominal y el estreñimiento varía según la causa. La mayoría de las medidas de choque abarcan cambios en el estilo de vida o en la dieta. En algunos casos crónicos, es posible que la única opción sea la cirugía para eliminar las obstrucciones, desgarros o afecciones que otros tratamientos no pueden solucionar.
Apuesta por nuevas rutinas
A estas alturas, te habrás dado cuenta de lo importante que es la alimentación para tener una buena salud digestiva y prevenir tanto el estreñimiento como el dolor abdominal. Y lo primero es incorporar alimentos ricos en fibra en tu dieta. Come más frutas y verduras frescas, cereales integrales y en general todo lo que contenga fibra. Y apuesta por el agua como bebida esencial para mejorar tu hidratación.
El ejercicio debe ser el siguiente pilar de tu nueva vida. Si has llevado una vida sedentaria, pasa a la acción y actívate. Caminar puede ser un gran paso. Con 50 minutos diarios, notarás unos progresos increíbles no solo en materia digestiva, sino para la salud en general. A partir de ahí, márcate objetivos más ambiciosos.
Y otra cosa importante: actúa con sensatez. Ni pospongas una evacuación intestinal ni la fuerces. Acude al baño lo antes posible cuando sientas la necesidad y tómate todo con cierta tranquilidad. Y si lo necesitas, ayúdate de laxantes, suplementos de fibra, enemas, supositorios, etc. Pero siempre bajo opinión experta.