Todos hemos oído que, cuando somos jóvenes, nuestro metabolismo es más rápido, lo que hace que no engordemos con facilidad, y al cumplir años se ralentiza, por lo que es más fácil que acumulemos grasa en nuestro organismo. Por eso es importante conocer el funcionamiento del metabolismo para saber cómo utilizarlo en nuestro beneficio y conseguir perder peso. La flexibilidad metabólica es la capacidad del organismo para optimizar el consumo de cada sustrato energético en función de la intensidad del ejercicio físico. A menor intensidad se consume más grasa, y a mayor intensidad más glucosa. Si la intensidad se mantiene se agotarán las reservas de glucógeno y aparecerá la fatiga muscular. Mientras más tarde este momento en llegar, mayor será la flexibilidad metabólica. Marcos Vázquez, el gurú del ayuno intermitente, dice que «de manera simplificada, flexibilidad metabólica es la capacidad del organismo de cambiar rápidamente de combustible energético, según la disponibilidad y la necesidad.»

Nuestro cuerpo necesita energía para realizar todas sus funciones. Este combustible lo puede obtener a través de 3 fuentes distintas: proteínas, carbohidratos y grasas. Después de comer, el organismo decide si usar estos macronutrientes o almacenarlos, ya sea en los músculos, en el hígado o en el tejido adiposo. Cuando tenemos el índice glucémico alto, desarrollamos resistencia a la insulina y se promueve la glucólisis (metabolizamos los carbohidratos). Pero cuando la insulina está en niveles óptimos se produce la lipólisis, lo que nos permite quemar grasa. La flexibilidad metabólica radica en la capacidad que tenemos para utilizar el combustible adecuado, de manera eficaz, para obtener energía y que esta oxidación va a ser determinada por el tipo y la cantidad de nutrientes que tengamos a nivel celular.

Cómo conseguir la flexibilidad metabólica

Ayuno intermitente

Es una forma de alimentación en la que hay una restricción calórica absoluta o parcial en una franja de tiempo concreta, que puede variar desde horas a días. De esta manera, puedes optimizar la flexibilidad metabólica activando las vías de oxidación de la grasa.

Dieta baja en carbohidratos

Si hay exceso de azúcar en sangre, será almacenada en forma de ácidos grasos en el tejido adiposo, inhibiendo la oxidación de grasa. Introducir una alimentación baja en carbohidratos o una dieta cetogénica, ha demostrado regular los niveles de glucosa en ayunas y de insulina, en consecuencia mejorar la flexibilidad metabólica.

Ciclar macronutrientes

Establece periodos nutricionales en las que varíes los aportes de macronutrientes, según los estados energéticos que predominen en tu organismo, puede mejorar la flexibilidad metabólica y por lo tanto, tu salud y rendimiento deportivo.

Hacer deporte

El ejercicio físico por sí solo ha demostrado en muchos estudios su beneficio sobre la mejora de la flexibilidad metabólica. Realizar una actividad física de baja intensidad por la mañana en ayunas, permitirá disminuir los niveles de glucosa en sangre. Además, será necesario incorporar una rutina de ejercicios que permitan ganar masa muscular. A mayor masa muscular más reservas de glucógeno habrá y más tolerancia al hidrato de carbono se ganará.

Regulación de biorritmos

Los ritmos circadianos son una parte innata de nuestra vida que raramente le prestamos atención, e influyen en los ciclos de sueño-vigilia, la secreción hormonal, los hábitos alimentarios y la digestión, la temperatura corporal, y otras funciones importantes del cuerpo. Cuando la alimentación se hace coincidir con el ciclo luz-oscuridad, los relojes centrales del SNC y los relojes periféricos trabajan juntos para promover el metabolismo saludable.