Hay dietas que prometen limpieza interna. Hay otras dietas para cuidar tu salud y adelgazar si eres mujer y has cumplido 50 años. También están las dietas que prometen adelgazar cuatro kilos en una semana. Pero nadie habla de la primera dieta, aquella que inicias por tu cuenta porque has notado algo más de peso en los últimos tiempos o porque simplemente quieres estar más saludable. A ellas está dirigida esta pequeña guía con ocho consejos muy prácticos. Son cosas imprescindibles y básicas en cualquier dieta. Y no te asustes: son claves más que asumibles.
Desayunar no es imprescindible para estar saludable y eso depende de lo que cada una necesite. Pero si eres de las que eligen no saltarse esa primera comida del día, haz un desayuno rico en proteínas. Está demostrado: comer proteínas por la mañana te ayuda a reducir los antojos y la ingesta de calorías a lo largo del día.
Parece una perogrullada, pero no es algo tan sencillo eso de meter en tu dieta alimentos que favorezcan la pérdida de peso. Porque es una realidad que unos son mejores que otros para adelgazar. Te interesan los alimentos con pocas calorías, mucha fibra y con poder saciante: legumbres, frutas, verduras, pescados grasos…
Es la bebida por excelencia en cualquier dieta. Beber agua es bueno para todo porque no tiene calorías, te hidrata y además te llena. Los estudios muestran que beber agua antes de las comidas reduce la ingesta de calorías y puede ser eficaz en el control del peso porque comes menos.
Es un tópico que encierra una verdad completa: los alimentos integrales son más saludables y saciantes. Si los conviertes en la base de tu dieta, te ayudarán a evitar una ingesta excesiva de alimentos procesados y cosas que no necesitas. Arroz y pasta integral puede ser un buen comienzo. Y si vas a por todas, apuesta por el mijo y la avena. (enlace)
De verdad que no necesitas las calorías vacías del azúcar. Son un absoluto enemigo de tu cuerpo y dificultan una barbaridad la pérdida de peso. Además, crean adicción y necesidad de seguir bebiendo más y más. Y, por descontado, tampoco cuidan demasiado bien de tu microbiota.
Los estudios demuestran que las fibras solubles pueden promover la pérdida de peso. Los suplementos de fibra como el glucomanano también pueden ayudar. Algunas sugerencias: salvado de avena o arroz, manzanas, zanahorias, brócoli…
Es uno de los alimentos más infravalorados de una dieta, pero está más que demostrado que la falta de sueño es uno de los mayores factores de riesgo para el aumento de peso. Si no duermes bien, se altera la regulación de la grelina y la leptina, que son las hormonas que regulan el hambre y la saciedad. Tendrás más tendencia a comer más, a picotear entre horas y a consumir más carbohidratos de la cuenta.