El hábito que aprendí de mi abuela para irme a la cama con la tripla plana aunque la cena haya sido pesada

Dicen que todas las mujeres intentamos fijarnos, aunque sea un poco, en lo que ha sido nuestra abuela para formar la mujer que queremos ser nosotras. Y que sus manías, sus gustos y su buen hacer quedan en nuestra retina y en nuestro corazón para siempre. De hecho, hay hábitos que, sin querer, todos repetimos y otros que a conciencia nos han enseñado (siempre para intentar darnos todo lo bueno) y que hoy en día nos hacen mucho bien.

Eso es justo lo que yo he aprendido de mi abuela: que no hay nada que ella haga mal y que en algún momento quiero ser como ella. No come ninguno de los alimentos ultraprocesados que tanto mal nos hacen, no sigue ninguno de los malos hábitos que debilitan el sistema inmune y tampoco se va a la cama sin hacer algo que yo llevo viendo desde que nací. Algo que, dice, le ayuda a «bajar» la cena, a relajarse y que, además, está totalmente convencida de que le ayuda con la digestión.

Es algo súper básico, súper sencillo y al alcance de cualquiera. El hábito que sigue mi abuela cada noche es beber una infusión de manzanilla justo antes de irse a dormir. Se espera un ratito después de cenar y la ingiere una media hora antes de irse a la cama (algo que hace a las 12 de la noche, como si de un reloj se tratase).

Eso sí, no le sirve cualquier manzanilla: ella utiliza manzanilla natural, que coge directamente del campo (tenemos la suerte de vivir en uno de los pueblos más bonitos de España).

Es fácil: pone en el gas un cazuela con la medida de un vaso pequeño de agua, que lleva a ebullición. Justo en ese momento en el que empieza a hervir, echa dos o tres ramilletes de manzanilla y deja que se mezclen los ingredientes a fuego lento durante dos minutos para, posteriormente, apagar el fuego y dejar que infusione todo bien durante otros cinco minutos más. Este paso es básico: lo tapa sin dejar que respire por ningún lado, pues dice que «así no se le van las vitaminas».

Ella, cuando echa la mezcla al vaso de agua para bebérselo, añade una cucharilla de azúcar blanco. Yo, por suerte, he mejorado el hábito y bebo la infusión sin ningún edulcorante natural ni artificial, aunque no he conseguido que ella deje de hacerlo.

Lo que hace mi abuela no es baladí. Los beneficios de la manzanilla están comprobados por la ciencia aunque ella sea más 'bruja que científica'. De hecho, ya te contamos todo lo que puedes conseguir tomando una infusión de manzanilla al día .

El beneficio más destacado de tomar manzanilla antes de ir a la cama es que tiene propiedades relajantes, por lo que ayuda a conciliar el sueño. Además, la ciencia ha demostrado sus propiedades antiinflamatorias (de hecho, es el remedio casero más extendido para tratar el dolor de barriga). Estas propiedades consiguen que esta hierba medicinal contribuya a la pérdida de peso y que alivie la sensación de pesadez, sobre todo después de comidas copiosas. Por eso, a mí me está ayudando, por un lado, a levantarme con la tripa más plana y, por otro, a dormir mejor.

Por si esto fuera poco, la manzanilla, al ser una infusión, tiene algo de propiedad diurética, ayudando a controlar el peso.