Son muchas las personas que descuidan la cena por tratarse de la última comida del día, momento en el que llegas agotado y sin ganas de ponerte a cocinar. Este es un error muy frecuente que te lleva a engordar, a empeorar tu calidad del sueño y a sufrir picos de glucosa innecesarios, debido sobre todo a una mala elección de los alimentos.
Pero si hay un alimento versátil, accesible y muy nutritivo que es ideal para incorporar en una cena saludable, ese es el huevo. Atrás queda el mito que asegura que el huevo provoca que suban tus niveles de colesterol. En cambio, ahora los expertos valoran mucho este alimento por su alto aporte de proteínas.
«El huevo es un alimento muy nutritivo, saciante y versátil a la hora de cocinarlo. Contiene proteínas de gran valor biológico con todos los aminoácidos esenciales y necesarios para nuestro desarrollo», asegura la nutricionista, Sandra Moñino en su libro Adiós a la inflamación.
El nutricionista Jaume Giménez insiste en la importancia de la proteína, ya que prácticamente todos los tejidos del cuerpo contienen proteínas, que están formadas por aminoácidos. De estos, 9 son esenciales, lo que significa que nuestro organismo no puede producirlos, por lo que debemos obtenerlos a través de la alimentación.
Las proteínas «ayudan en la construcción, reparación y mantenimiento de la masa muscular, son la base de nuestra estructura, refuerzan el sistema inmunitario, se encargan de transportar los nutrientes, regulan las funciones vitales, son una gran fuente de energía y aumentan la sensación de saciedad«, explica Giménez.
Pero no sólo de proteínas vive el huevo, aunque es su característica más destacada. «Son ricos en vitaminas del grupo B y vitamina A, importantes para la función celular, la formación de glóbulos rojos y la salud ocular. También contiene minerales como hierro, fósfoto y selenio, esenciales para los huesos, el sistema nervioso y las defensas«, continúa explicando la experta en alimentación inflamatoria.
Los huevos han sido analizados con lupa a lo largo de la historia, pero si hay una parte del huevo más denostada que la otra, esa es la yema. Sí, es cierto que esta parte del huevo tiene más grasa que la clara, pero esto se compensa por las propiedades antiinflamatorias que aporta los ácidos grasos Omega-3 .
«Por otro lado, contiene antioxidantes como la luteína y la zeaxantina muy beneficiosos. Y al igual que la carne roja, es una de las mejores fuentes de colina, un nutriente esencial para la salud cerebral, la del hhígado y el desarrollo del feto durante el embarazo«, explica Moñino.
Y para aprovechar mejor todas las propiedades de la yema, la experta aconseja consumir, al menos una vez a la semana, un huevo con la yema sin cuajar. ¿Y cómo? Puede ser un huevo poché, una salsa carbonara, o hacer unos huevos revueltos a los que le añadas una yema cruda al final de la preparación.
Como ya hemos explicado, el huevo es un alimento muy versátil y puede ser consumido de muchas formas distintas. Eso sí, la manera de cocinarlo, influirá en su perfil nutricional. «Mi recomendación es que evitemos los fritos y prioricemos los cocidos, a la plancha, en tortilla o revueltos«, aconseja Sandra Moñino.
En cuanto a la cantidad recomendada de huevos por semana, dependerá de la cantidad de proteína que necesites ingerir y de las otras fuentes de proteína que consumas durante la semana. «Pero yo siempre recomiendo tomar al menos cinco huevos semanalmente«, aconseja. »Dos huevos son una ración de proteína, que es la cantidad de esta que aconsejo ingerir en cada una de las comidas printipales«, concluye.
20 de enero-18 de febrero
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