Lo primero de todo: ¿qué son los prebióticos y para qué sirven? Se trata de sustancias dentro de los alimentos que no se digieren, sino que contribuyen al crecimiento y la estimulación de las llamadas «bacterias buenas» que habitan en el intestino. Igual has oído hablar de ellos antes como ingredientes para cuidar la piel que como una forma esencial de mantener sana tu microbiota. Esto es algo que solo conseguirás a través de la dieta y aquí tienes un top-10 de las mejores opciones (nada enrevesadas) que debes incorporar a tus platos para que no te falten prebióticos de calidad.
La raíz de achicoria es toda una fuente de prebióticos que agradecerá tu microbiota. Se utiliza a menudo como sustituto del café sin cafeína y su fibra de inulina propicia bacterias intestinales amigables, reduce el estreñimiento y puede ayudar a controlar los niveles de glucosa.
Las manzanas son una fruta deliciosa con fibra. La pectina, un tipo de fibra soluble, representa gran parte del contenido total de fibra de una manzana y es lo que precisamente le da a esta fruta estupendos beneficios prebióticos. Un estudio encontró que la pectina de la manzana promueve una microbiota intestinal saludable, disminuye la inflamación y controla el peso.
El ajo tiene muchos beneficios para la salud debido a sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y reductoras de lípidos. Actúa como un prebiótico al promover el crecimiento de bifidobacterias beneficiosas en el intestino y también ayuda a prevenir el crecimiento de bacterias promotoras de enfermedades.
Las cebollas son una verdura sabrosa y versátil vinculada a numerosos beneficios para la salud. Fortalece la flora intestinal, ayuda con la descomposición de la grasa y estimula tu sistema inmunológico al aumentar la producción de óxido nítrico en las células. También posee propiedades antioxidantes, antibióticas y anticancerígenas.
Los puerros provienen de la misma familia que las cebollas y el ajo, por lo que ofrecen beneficios para la salud similares. Son ricos en nutrientes, lo que significa que son bajos en calorías pero ricos en vitaminas y minerales. Gracias a su contenido de inulina, los puerros promueven bacterias intestinales saludables y ayudan a descomponer la grasa.
Los espárragos son muy buenos para cuidar tu salud intestinal. Contiene inulina, que puede mejorar su salud digestiva y ayudar a su cuerpo a mantener niveles óptimos de glucosa e insulina. Y como es una fibra soluble, alimenta a las bacterias beneficiosas en el intestino. También puede ayudar a prevenir ciertos cánceres.
Los plátanos son mucho más que una de las frutas más deliciosas. Ricos en vitaminas, minerales y fibra, contienen cantidades de inulina. Eso sí, intenta consumirlos verdes porque así te aseguras un alto contenido de almidón resistente con efectos prebióticos. Y de paso, te llevarás una buena fuente de potasio. (enlace)
La avena integral es un grano saludable con beneficios prebióticos. Se trata de un superalimento con grandes cantidades de fibra de beta-glucano que ayuda a generar bacterias intestinales saludables, bajar el colesterol malo, mejorar el control del azúcar en sangre y prevenir ciertos tumores. Además, se ha demostrado que ralentiza la digestión y ayuda a controlar el apetito.
El cacao y sus derivados son fuentes ricas en polifenoles como los flavonoides, que ejercen efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Estos compuestos también ayudan a desarrollar bacterias intestinales beneficiosas al tiempo que reducen el crecimiento de bacterias dañinas.
Las semillas de lino son increíblemente saludables y unas favoritas de las nuevas generaciones de dietistas. Promueven bacterias intestinales saludables, estimulan los movimientos intestinales regulares y reducen la cantidad de grasa dietética que se digiere y absorbe. También tienen propiedades anticancerígenas y antioxidantes, al tiempo que ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre.