bienestar
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Preguntarse a uno mismo si hemos vivido una vida feliz, cuando llegamos a cierta edad, es una de esas cuestiones que te hacen replantearte muchas cosas. Empiezas a viajar en el tiempo y a repasar todos esos momentos y recuerdos que han marcado de alguna forma todos esos años.
Según un estudio de la Universidad de Harvard, que realizó durante 85 años, hay un gran porcentaje de personas que al final de su vida (70 y 90 años) sufren ese arrepentimiento. Comienzan las preguntas de ¿por qué no lo hice? o ¿qué hubiera pasado si me hubiera atrevido?
Aunque esto es común en ambos sexos, hay ciertas distinciones. En el caso de los hombres, se suelen arrepentir más de haber dedicado demasiado tiempo al trabajo y las preocupaciones, en lugar de experimentar más y sentirse más vivos en su día a día. En cambio, para las mujeres, es algo distinto.
Robert Waldinger es el director del mayor estudio sobre felicidad humana realizado en la historia y psiquiatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. Es el que ha encabezado esta investigación y el que ha dictaminado cuál es ese remordimiento tan habitual.
Es algo que realmente me ha sorprendido cuando lo he leído, y es que para las mujeres el mayor arrepentimiento es haber pasado demasiado tiempo preocupándose por lo que pensaran otras personas en lugar de vivir con autenticidad.
Sin duda, esta conclusión es el fiel reflejo de una sociedad en la que le damos demasiada importancia a la apariencia física y las opiniones ajenas, en lugar de forjar una propia seguridad. Hacer lo que se espera de ti, en lugar de lo que realmente deseas, es la dinámica de la actualidad.
Esto está relacionado con la capacidad de poder desarrollar la personalidad, trabajando en una misma. Muchas veces se puede llegar a pensar que la frase de «voy a centrarme en mí misma» es algo egocéntrico, pero, al contrario, es la clave fundamental en tu camino hacia la felicidad.
Está claro que hacer todo lo que se te pase por la cabeza no es la solución, pero sí que van por ahí los tiros. De forma coherente y comedida, no dejes de hacer las cosas que te apetecen. ¿Quieres ir a esa fiesta y no tienes con quién? Vete sola y disfruta. ¿Nadie se apunta a un viaje? Haz la maleta y súbete a un avión. Vístete, péinate y maquíllate como quieras
Tú eres tu mejor compañía, y de hecho, hacer planes sola, es una gran forma de conocerse a una misma, de conectar contigo y de saber qué es lo que quieres en la vida. Salir de tu zona de confort te ayuda a forjar tu personalidad y a establecer los límites que no quieres que otros pasen.