En busca de lo más rápido para adelgazar, has llenado tu vida de sacrificios. Tu jornada diaria se completa con nuevos hábitos para intentar perder peso y los supuestos mejores alimentos para adelgazar, pero no resulta. O bajas mucho menos peso del esperado o directamente no estás perdiendo kilos. Y te desesperas al punto de pensar en abandonar para dejarte expuesta al temible «efecto rebote». ¿Y si resulta que no lo estás haciendo tan bien como creías? Aquí tienes diez de las principales razones por las que tu dieta no está funcionando como pensabas.
No te obsesiones con la báscula durante los primeros días. Quizá sí estás adelgazando, pero todavía no lo notas. Por ejemplo, es importante la cantidad de agua que retiene tu cuerpo. Además, es posible ganar músculo al mismo tiempo que se pierde grasa, algo muy común si has comenzado a hacer ejercicio. Prueba a medir tu cintura en vez de tu peso, igual te llevas una sorpresa muy agradable. Solo deberías preocuparte si llevas dos semanas sin adelgazar.
La proteína es un nutriente importante para bajar de peso. Consumirla puede estimular el metabolismo y hacer que automáticamente asimiles varios cientos de calorías menos por día. También puede reducir drásticamente los antojos y el deseo de picotear. Asegúrate proteínas en el desayuno para tener menos hambre y antojos durante el día.
Los estudios muestran constantemente que las personas tienden a subestimar su ingesta de calorías. Piensa en lo que estás comiendo y examina las calorías que estás tomando. Lleva un registro porque de verdad que es muy útil. Las calorías son una de las claves de toda dieta satisfactoria.
La calidad de los alimentos es tan importante como la cantidad. Y los alimentos integrales cumplen un papel fundamental. Comer alimentos integrales puede mejorar su bienestar y ayudar a regular su apetito. Estos alimentos tienden a ser mucho más saciantes y te quitarán el hambre.
No estás levantando pesas ni haciendo ejercicios de cardio
Igual esto no lo habías pensado, pero una de las cosas más importantes que te puede hacer perder peso es realizar algún tipo de entrenamiento de resistencia como levantar pesas. Mantendrás masa muscular y quemarás grasas. Por otra parte, el cardio (andar, bicicleta…) es muy eficaz para quemar grasa abdominal.
Los atracones implican comer rápidamente más cantidades de alimentos de las que realmente necesitas incluso si éstos son teóricamente saludables. Un truco: haz un plato con cantidades racionales y no te salgas de esa pauta. Jamás lo llenes hasta los topes porque seguramente te lo acabes comiendo todo aunque no tengas más hambre.
Es otra de las razones más infravaloradas en cada dieta. Dormir bien es básico para perder peso y los estudios demuestran que la falta de sueño es uno de los mayores factores de riesgo de obesidad. Los adultos que duermen mal tienen un riesgo superior al 50% de desarrollar sobrepeso.
Beber agua puede beneficiar la pérdida de peso. Te ayuda a estar más activa y saciada, por lo que seguramente elimines tentaciones de picar a deshoras. También se ha demostrado que el agua aumenta la cantidad de calorías quemadas cerca de un 30% durante hora y media.
A veces no bajar peso como esperabas oculta una razón tan elemental como padecer alguna enfermedad. Existen algunas afecciones médicas que pueden impulsar el aumento de peso y hacer que sea mucho más difícil perder peso. Por ejemplo, el hipotiroidismo o la apnea del sueño. Ciertos medicamentos también pueden dificultar la pérdida de peso.
Esto es una carrera de fondo. Quizá tus expectativas no eran realistas y has sobrestimado tu capacidad para adelgazar. No seas impaciente. Marcarte objetivos imposibles solo te creará frustración y sufrimiento para desembocar en el abandono. Un especialista en nutrición te guiará sobre cuáles deben ser los objetivos y resultados realistas de una dieta.