Si estás embarazada, te habrán recomendado no consumir huevos crudos. Una de las verdades sobre el huevo es que una mala conservación provoca enfermedades. Y una de las más temibles, sobre todo en verano, es la salmonela. Intoxicación alimentaria que se produce cuando se ingieren alimentos contaminados. El caso más conocido es el del huevo, pero también puede aparecer con aves o bebidas. Es más común en menores de 20 años y también es más probable que ocurra en los meses de verano porque la bacteria Salmonella crece mejor en climas cálidos. Son muchos los peligros, aunque es relativamente fácil evitar su infección. Aprende cómo con los siguientes consejos:
¿Qué causa la intoxicación alimentaria por salmonela?
Comer alimentos o beber cualquier líquido contaminado con ciertas especies de bacterias Salmonella es lo que causa una intoxicación alimentaria por salmonela. Generalmente es por comer ciertos alimentos crudos o que al prepararlos hayan sido manipulados en condiciones poco seguras.
La salmonela a menudo se transmite cuando las personas no se lavan las manos (o lo hacen incorrectamente) después de ir al baño. También se puede transmitir al manipular mascotas, especialmente reptiles y aves. Y se corre especial riesgo cuando se consumen productos crudos, poco cocidos o sin pasteurizar. Por ejemplo, pollo, pavo u otras aves mal cocinadas. También huevos poco cocidos, leches o zumos sin pasteurizar, e incluso frutas o verduras contaminadas…
Los síntomas de la intoxicación alimentaria por salmonela suelen manifestarse con cierta rapidez y pueden ser tan agresivos como persistentes. Puedes sufrir dolor, calambres o sensibilidad abdominal, escalofríos, diarrea, fiebre, dolor muscular o náuseas, entre otras enfermedades poco agradables. La deshidratación causada por la diarrea es un problema grave especialmente en niños y bebés. Incluso puede llegar a provocar la muerte.
El principal tratamiento para la intoxicación alimentaria por salmonela es reemplazar los líquidos y electrolitos que se pierden con la diarrea. Los adultos pueden beber agua o chupar cubitos de hielo. También es preciso modificar la dieta para incluir solo alimentos de fácil digestión. Cosas como plátano, arroz, puré, etc. Se deben evitar los productos lácteos y es fundamental descansar lo suficiente para que el cuerpo combata la infección.
Y, como siempre, lo mejor es actuar en materia de prevención. Cocina los alimentos a las temperaturas recomendadas y mete las sobras en la nevera casi de inmediato. Lávate bien las manos, especialmente cuando manipules huevos o aves, y extrema las condiciones de higiene en verano. Y recuerda otra cosa importante: las bacterias pueden permanecer en el cuerpo durante bastante tiempo, esto significa que puedes llegar a infectar a otras personas de salmonela incluso si no tienes síntomas.