UNSPLASH

Vitamina D, por qué la tienes bajo mínimos: la alimentación y los suplementos que te ayudan mejorarla

La vitamina D es completamente diferente a la mayoría de las otras vitaminas. De hecho, es una hormona esteroidea que se produce cuando la piel se expone a los rayos solares y por eso se la conoce como la vitamina del sol. Pero la exposición al sol rara vez proporciona la vitamina D adecuada, por lo que es necesario obtenerla a través de suplementos o de la dieta. Su déficit es enorme.

No es nada sencillo conseguir unos buenos niveles de vitamina D y a menudo la solución suele estar en los suplementos. Y eso se hace especialmente importante a partir de los 50 años, cuando el déficit se acusa todavía más. Es una vitamina fundamental, pero se estima que más del 40% de mujeres españolas presenta carencias de este nutriente. Solo un puñado de alimentos contiene cantidades significativas de esta vitamina crucial y, unido a que la exposición al sol es peligrosa, la deficiencia es muy común.

La vitamina D es una vitamina soluble en grasa, lo que significa que se disuelve en grasas y aceites y puede almacenarse en tu cuerpo durante mucho tiempo. De las dos formas principales, D2 y D3, la última es más eficaz para elevar los niveles de vitamina D en sangre. La luz del sol es saludable, pero las quemaduras solares pueden causar un envejecimiento prematuro de la piel y aumentar el riesgo de cáncer de piel.

Mejores fuentes de alimentos

Los mejores alimentos para conseguir vitamina D son aceite de hígado de bacalao, salmón, atún y sardinas enlatadas, hígado de vacuno y huevos. Aunque los pescados grasos como el salmón, la caballa, el pez espada, la trucha, el atún y las sardinas son fuentes decentes, la realidad es que tendrías que comerlos casi todos los días para obtener suficiente vitamina D. La única fuente excelente de vitamina D es el aceite de hígado de pescado, que contiene más del doble de la ingesta diaria recomendada con solo tomar una cucharada.

Síntomas de déficit

La deficiencia de vitamina D es una de las deficiencias de nutrientes más comunes. Algunas personas corren un mayor riesgo que otras, principalmente los adultos mayores. Se podría decir que el déficit de vitamina D es una especie de epidemia silenciosa porque los síntomas suelen ser sutiles y pueden tardar años o incluso décadas en aparecer.

El síntoma más conocido de la deficiencia de vitamina D es el raquitismo, una enfermedad de los huesos común en los niños de los países en desarrollo. Pero la deficiencia también está relacionada con la osteoporosis, la reducción de la densidad mineral y un mayor riesgo de caídas y fracturas en los adultos mayores.

Además, los estudios indican que las personas con niveles bajos de vitamina D tienen un riesgo mucho mayor de enfermedad cardíaca, diabetes, cáncer, demencia y enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. En resumen: sus carencias se relacionan directamente con una menor esperanza de vida. Que no te falte en tu vida.