Dice Frank Gehry que el edificio de la Fundación Vuitton es como un velero. Eso sí, en el Bosque de Bolonia de París.
El mítico museo Whitney abandona la Quinta Avenida de Nueva York y sus muros de hormigón para volverse más etéreo, de la mano de Renzo Piano, a orillas del río Hudson. A sus pies, otra visita obligada es el Highline, un parque elevado.
El estudio Barozzi Veiga ganó el Mies van der Rohe con este edificio, la Filarmónica de Szczecin (Polonia).
La escena del arte de Los Ángeles sigue subiendo como la espuma y se acompaña, en la parte institucional de proyectos como The Broad Museum.
Rem Koolhaas ha reconvertido una antigua fábrica milanesa en un museo al gusto de la diseñadora Miuccia Prada, con pan de oro y todo.
Markthal es un edificio de Rotterdam en forma de herradura que alberga un mercado gourmet y ha sido diseñado por el estudio MVRDV.