consejos deco
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Una superficie firme no tiene por qué ser dura, sino estable, fuerte y que no se mueva cuando no debe. Por eso, cuando tienes que decidir la firmeza del colchón sobre el que vas a dormir cada noche, no debes renunciar a que sea duro o blando según necesites porque, como nos recuerdan desde IKEA “ ¡un colchón blando puede ser firme!”.
A menudo cometemos el error de pensar que debemos dormir en un colchón más parecido a una piedra que a una cama confortable, y nada más lejos de la realidad, ya que si tu colchón es demasiado duro no se adaptará a tu cuerpo ni permitirá que el peso se distribuya por toda la superficie.
Pero los opuestos nunca son buenos, así que si eliges uno demasiado blando, tu cuerpo tenderá a hundirse, aumentando la sensación de calor en la cama por la falta de circulación del aire; y acarreará dolores de espalda, pues la columna vertebral y la espalda no están sujetas si duermes boca arriba, ni de lado.
En definitiva: tu colchón siempre debe respetar la curvatura natural de la columna vertebral y permitir que se reparta tu peso por toda la superficie, que debe ser lo suficientemente firme para soportar tu peso corporal sin resultar incómoda. Y es que, como dicen los expertos en descanso de la Escuela de Decoración “la firmeza del colchón es una cuestión de preferencia personal y de peso”.