La casa está rodeada de vegetación y tiene un extenso jardín en la parte trasera. / D.R.

vivir

Mi casa, mi reino

Refugio, familia, intimidad, relax, recuerdos... El hogar es un reflejo de nuestra personalidad. Porque, queramos o no, nuestra casa nos delata.

Cada mañana, 18 millones y medio de hogares se despiertanen nuestro país. Toca desayunar, ducharse, salir a la calle, pasar el día trabajando, estudiando o buscando empleo, hacer deporte, quedar con los amigos... Y por fi n, vuelta al hogar, donde nos encontramos mejor que en ningún sitio. ¿Es cierto que para la mayoría su casa es un pequeño paraíso? ¿Cómo somos cuando cruza mos su umbral? ¿Nos dife renciamos mucho de un japonés o un ruso cuando nos ponemos las zapatillas o no hay fronteras cuando habla mos de rutinas domésticas?

Pues parece que los este reotipos tampoco son ciertos en este caso: somos más caseros de lo que imaginan los turistas que creen que pasa mos media vida en los bares. Lo dice el estudio La vida en el hogar, elaborado por Ikea en 12 ciudades de cuatro con tinentes: el 53% de los españoles encuestados pasa al menos seis horas diarias en su vivienda (sin contar las de sueño). Y nos gustan nuestras casas, aunque un poco menos que a los encuestados de otros países (72% frente a 75%). Eso sí, todos, desde Madrid a Toronto, creemos que es en el hogar donde tenemos nuestras relaciones más importantes. En lo que sí nos diferenciamos es en que dedicamos más tiempo a ver la tele y a las relaciones amo rosas. Y también cantamos, jugamos y bailamos en casa con más frecuencia.

Hacia dentro

“En nuestros hogares, la familia está más conectada dentro del hogar, a diferencia de otros lugares, donde cada uno hace más su vida”, explica Ana García Blanco, Market Intelligence Manager de Ikea Ibérica, quien relaciona esa realidad con otra característica: el refugio que buscamos en el lugar donde vivimos.

Para la mitad de los españoles, el hogar ideal es acogedor, característica que solo valora un 22% de la media global. Y perseguimos una mayor intimidad: “Se considera que somos un país en el que se vive hacia fuera –continúa García Blanco–. Salimos mucho, nos gusta estar en la calle... Pero eso tiene una contrapartida: esa sobreexposición al mundo exterior intentamos compensarla con un hogar donde nos sintamos nosotros mismos. Vemos la casa como un espacio de refugio, mientras que en otros países simplemente es la extensión de lo que hacen fuera”, explica.

Tanto así que nuestros gustos, nuestras fobias y nuestra identidad quedan expuestos en las paredes de nuestra vivienda: el 55% de los españoles atesora en casa recuerdos, el 72% escucha su música favorita, el 63% considera su casa el escenario ideal para encuentros familiares, y el 90% la relaciona directamente con el relax. Y conseguir ese relax en una casa propia es la recompensa a un gran esfuerzo, al que dedicamos el salario íntegro de casi ocho años, según el último informe de ST Sociedad de Tasación.

Un tiempo que puede alargarse en comunidades como Baleares, Madrid, Cantabria, Cataluña y País Vasco, donde los precios son más elevados que la media.

Por eso, una vez que la tenemos, queremos que nuestra casa sea nuestro pequeño reino, en el que hacer y deshacer a nuestro antojo. Por eso, para la mayoría represente emociones positivas: seguridad (92%), confort (91%), amor (79%)... mientras que las negativas, como miedo o vergüenza, las sufrimos fuera de casa, según el estudio de Ikea.

Para algunos el hogar es el lugar donde a uno le esperan,pero cada vez más personas viven solas: el año pasado se registraron 4.584.200 hogares unipersonales, el 25% del total, según datos del INE. Un rápido aumento que está cambiando la estructura social española.

Hablar... y discutir

Sin embargo, esta no es aún la opción mayoritaria: en cada hogar de nuestro país viven de media 2,5 personas, por lo que quien más quien menos tiene con quien discutir. Y según el citado estudio, lo de discutir debe ser un deporte nacio nal: cuatro de cada 10 espa ñoles lo hace sobre limpieza doméstica cada semana, un tema que es foco de confl icto en mayor medida que para la media de otros países (27%).

A pesar de ello, nos gusta contar con la opinión de todos los que viven en casa. Y la familia es tan importante que no nos esforzamos en exceso por ampliar nuestra red de apoyo. Nuestro barrio forma parte de nuestro hogar en un porcentaje muy inferior a los extranjeros (26% frente al 38%).

“Para la mayoría de los españoles, su comunidad es su familia, y por eso no necesitan buscar una red de apoyo en amigos o vecinos”, explica la responsable de investigación de Ikea. Quizá porque vivimos en la misma ciudad que nuestra familia en un porcentaje muy superior al de la media mundial (54% frente al 38%).

Es decir, que nuestro hogar queda cerca del que fue nuestro hogar. Y nos adaptamos rápido a él: cuando nos mudamos, nos encontramos como en casa como mucho tras un mes. Y nos sentimos a salvo. Al fi n y al cabo, estamos en nuestro pequeño reino.

Temas

Decoración