Diseñadoras: ellas crean tendencia
Desde Milán, París o Madrid, seis damas de la decoración marcan el rumbo de los nuevos interiores. Son las musas de la casa.
22 Fotos
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Cristina Celestino (Pordenone, Italia, 1980) se graduó como arquitecta y muy pronto entró en el mundo del diseño creando Attico, con la que produce lámparas y mobiliario. Su estilo es femenino y fuerte, y para Fendi creó The Happy Room (en la imagen), una instalación que unió moda, arte y diseño.
A Cristina Celestino le interesa jugar con las formas, mezclar lo antiguo y lo moderno e introducir la geometría en sus proyectos.
El humor es clave en sus espacios, que mezclan el glamour de los 30 y el barroquismo de los 70.
Su paleta va de los verdes menta a los mostazas suaves o los grises empolvados, salpicados con rosa flamenco.
Contrasta mármol y ónix en una pieza o emplea otros materiales inéditos como el etere, a base de piel y resina
¿Su secreto? Cambiar escalas e incorporar pequeñas invenciones.
Recipiente de la colección Dolce Vita para Attico.
Por segundo año consecutivo, la edición americana de Architectural Digest ha incluido a Isabel López-Quesada (Madrid, 1962) entre los 100 mejores interioristas del mundo. También fue nombrada interiorista del año por la versión española de la revista en 2012. ¿Su secreto? Recorre Europa en busca de muebles del siglo XVIII y es una apasionada del arte contemporáneo. Combinándolos, crea interesantes ambientes atemporales, cargados de historia pero frescos y profundamente actuales.
Lo viejo y lo nuevo conviven en armonía en sus proyectos, donde una pieza del siglo XVIII comparte espacio con otra de mediados del XX y con arte contemporáneo. Le inspiran los iconos del siglo XX, como Jean-Michel Frank, Renzo Mongiardino, Le Corbusier o la Bauhaus.
Sus interiores son cálidos, acogedores, con guiños al shabby inglés o al country francés. Su trabajo se define por la mezcla de estilos: ama los contrastes y los materiales innovadores. También las texturas tienen protagonismo en forma de maderas sin tratar, tejidos o baldosas recicladas.
Ama los colores, las texturas, los metales, la madera y la piedra. Dorothée Meilichzon (París, 1982) es la nueva Dorothy Draper y precursora del nuevo Hollywood Regency, caracterizado por colores fuertes, contrastes metálicos y toques de cristal que reinó en los lujosos espacios de los años 20 a los 50.
La mezcla de elementos de diferentes épocas o lugares crea una atmósfera romántica, tal vez lujosa, pero sin tomarse demasiado en serio. ¿Su secreto? Los espejos, ideales para hacer magia con el espacio y jugar con la luz.
Usar el rosa pastel en los baños del Hotel Henrietta de Londres es estratégico. Esa tonalidad ayuda a corregir espacios complejos, desproporciones o errores así como a matizar la luz o disimular techos demasiado altos.
Es más que la decoradora de moda en Francia, donde la prensa la define como "la arquitecta de todo París". Hoteles, restaurantes, joyerías, residencias de lujo… Suyos son los proyectos que más están dando que hablar. Laura González (París, 1983) define su estilo como "clásico revisitado", resistente a las modas.
En su proyecto más clásico, el hotel Relais Christine, juega con la provocación y el atrevimiento con telas y papeles: motivos vegetales, toiles de jouy, geométricos… se mezclan sin aparente criterio y funcionan.
En las habitaciones, los muebles vintage de los años 50 conviven con otros del siglo XIX; el latón contemporáneo se acerca a los mármoles sinónimos de lujo; y todo con adornos y terciopelos de inspiración británica. ¿Su secreto? Apostar por la artesanía en carpintería, metales y pinturas.
Referencias a la Bauhaus o guiños a Mondrian impregnan su trabajo. Arianna Lelli Mami (Desio, Italia, 1975) y Chiara Di Pinto (Milán, 1976), fundadoras de Studiopepe, son la nueva referencia del diseño milanés. "Nos encanta el diseño contemporáneo, pero encontramos la inspiración en el arte del pasado, que filtramos y hacemos nuestro".
Triunfaron en el último Salone de Milano con The Visit, un apartamento que se ha convertido en su código.
Los espacios se transforman con cortinas que separan espacios y dan un aire teatral. Sus proyectos pueden tomar referencias del mundo del arte, como los juegos de color de Dan Flavin o John McCracken, las geometría de Sol Le Witt o el surrealismo de Giorgio de Chirico.
Una pared puede combinar dos tonos y unas butacas del maestro italiano Gio Ponti se mezclan con piezas de mercadillo.
Siempre experimentan con nuevas combinaciones de colores, formas y materiales.
¿Su secreto? Alcanzan la sofisticación con un audaz empleo del latón y terciopelos.