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Las claves de la decoración de estilo nórdico que más apetece en invierno: minimalismo, colores claros, calidez y mucha luz natural

La decoración nórdica llega a tu casa para darle un toque de calidez y comodidad. Estas son las claves para convertir tu hogar en un remanso minimalista de paz.

Habitación luminosa con ventanal, decorada al estilo nórdico / unsplash

Elena Romero Vargas
Elena Romero Vargas

La decoración de estilo nórdico surge en el Norte de Europa con el objetivo de combatir la falta de luz y convertir el hogar en un lugar apacible para refugiarse de las bajas temperaturas del invierno. Sus pilares son el minimalismo, la búsqueda de claridad y la calidez. Si quieres convertir tu hogar en un espacio de lo más confortable, te enseñamos todos los trucos que necesitas saber para sumarte a esta tendencia.

El estilo nórdico aboga por lo imprescindible. El minimalismo es el pilar base de esta tendencia. Su decoración se basa únicamente en elementos prácticos que faciliten la vida y eviten sobrecargar las habitaciones con ornamentación innecesaria. Todos los elementos decorativos que no tengan una utilidad concreta para el día a día quedan descartados, de esta forma el espacio parecerá mucho más amplio y te resultará más cómodo moverte por él.

Gracias a esto, el valor que prima en los hogares es el de la funcionalidad. Por un lado, en cuestiones de movilidad, es mucho más accesible porque no tendrás que sortear elementos decorativos que, por muy bonitos que sean, no hacen más que estorbar. Por otro lado, al tener menos cosas de las que estar pendientes, el orden y la limpieza se simplifican, y podrás crear con facilidad un clima de armonía y paz que hará que no quieras salir de casa.

Saca el máximo partido a la luz natural

Cuando prescindimos de elementos innecesarios, no solo incrementa la sensación de amplitud, también se pone menos obstáculos a la entrada de luz y es mucho más fácil aprovechar las horas de sol. Esto no solo supone un ahorro en el plano energético, sino que también aporta vitalidad y optimismo a las estancias. Una ventaja que tenemos sobre los países nórdicos es que nuestras horas de luz al año son mucho mayores que allí, por eso, si decides aprovechar las bondades de esta tendencia, conseguirás beneficios por duplicado con respecto a esta cuestión.

Habitación blanca y luminosa decorada con motivos naturales/PEXELS

Una de las claves para sacar el máximo partido a la luz es servirse del color blanco en paredes y muebles . Este color refleja la luz y aportan una sensación de calidez y brillo extra. Si quieres decorar tu casa al estilo nórdico, prescinde de los colores oscuros y apagados que hacen que los espacios parezcan más pequeños y apagados, y apuesta por el blanco o colores claros que potencien esta sensación.

Los ventanales grandes y sin cortinas que obstaculicen el paso de la luz son otro requisito imprescindible. Cualquier entrada de luz natural es más que bienvenida en este estilo, por eso una ventana exterior que permita que los rayos de sol bañen todas las estancias son los favoritos de los nórdicos. Para resguardarte en horas de descanso sin romper el clima, opta por telas semitransparentes a modo de cortina para que puedan resguardarte de la incisión directa cuando quieras dormir pero no produzcan un cambio brusco en la esencia de la casa.

Opta por materiales naturales

Junto con el minimalismo y la luminosidad, la calidez es la tercera pata del trípode de la decoración nórdica. Elementos naturales como la madera son grandes conductores de esta sensación. Decántate por este material para tus suelos y muebles, aunque también puedes incluir el toque en elementos decorativos más sutiles y elegantes, como marcos de fotos, portavelas o lámparas.

Habitación luminosa decorada al estilo nórdico en colores blancos y madera y con elementos naturales/UNSPLASH

La piedra o el mármol son otros materiales que también favorecen a este estilo, especialmente en la decoración de baños o cocinas. Para no romper el orden cromático, si decides decorar tus estancias con alguno de estos materiales, procura que el resto de los elementos respeten los colores predominantes. Aunque no debes olvidar la máxima del estilo nórdico: siempre colores claros para reflejar mejor la luz.

Aunque el exceso no sea compatible con una decoración nórdica, hay detalles que parecen mínimos, pero que son imprescindibles y que, por tanto, necesitas cuidar. Detalles como los cojines, las mantas o la ropa de cama colaborarán mejor con este clima de calidez y comodidad si te decantas por materiales como el lino, el algodón o la lana, que incrementan esta sensación y puede ser la guinda del pastel de la decoración.

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