Decorar con plantas y flores nuestra casa no solo es bonito, también es sano. Las plantas de interior aportan frescura, luz y calidez a los diferentes ambientes de tu casa y, además, son perfectas para conseguir que los espacios se amplíen visualmente, consiguiendo que la habitación donde estén parezca más grande (uno de nuestros objetivos de la temporada en esta sección). Y aunque la teoría dice que «tenemos que elegir un rincón con luz y bien ventilado para convertir nuestras plantas en el centro de atención de la habitación«, lo cierto es que hay un buen número de especies de interior preciosas muy resistentes, de fácil cuidado y que, además, no necesitan una fuente de iluminación natural directa para crecer en todo su esplendor.
La Monstera o Costilla de Adán es una de las plantas de interior más populares, no solo por tratarse de una especie muy fresca y bonita, con un intenso color verde oscuro, sino por ser una variedad muy resistente que necesita pocos cuidados. Original de la selva, hay que evitar colocarla cerca de los puntos de luz natural, aunque sí precisa una buena hidratación: riégala con frecuencia, pero sin pasarte, porque no tolera el exceso de agua ni el encharcamiento de la tierra ni el plato en el que la coloquemos. Lo mismo ocurre con la Calathea de características hojas verdes con infiltraciones blancas: luminosidad sí, pero no sol directo. También de origen tropical, el Filodendro, con sus reconocibles hojas en forma de corazón, tampoco tolera el sol directo y, en este caso, tampoco mucho riego: lo mejor será que la pulverices con agua por encima.
La Aglaonema y la Diefembaquia, ambas con grandes y llamativos dibujos en sus hojas de verde intenso, son plantas tropicales que precisan de pocos y similares cuidados: un rincón con poca luz (el sol directo las quema) y un sustrato húmedo y bien drenado. Junto a ellas, una de las plantas de interior más bellas, la Sanseviera, con sus peculiares hojas coloridas, que tampoco tolera la luz directa y solo precisa un riego regular y pulverizar sus hojas en invierno para evitar que se resequen por el calor de la calefacción.
Si prefieres añadir notas de color (más allá de las diferentes tonalidades de verde) con tus plantas, también las hay con flores que no necesitan mucha luz. La Aecmea (o lengua de suegra), las Bromelias o el popular y elegante Espatifilo serán tus grandes aliadas: se queman si les da la luz directa (aunque sí les vienen bien la claridad) y necesitan riego, pero no mucho (el exceso de agua en el plato las puede 'ahogar').
Por último, siempre puedes recurrir a clásicos que nunca fallan, como los helechos, el poto o la planta del dinero, que no necesitan mucha luz. Los primeros sí precisan humedad, pero ni el poto ni la planta del dinero necesitan mucha agua: bastará con que los riegues una vez a la semana o cada 10 días para que estén perfectos. Eso sí, mejor plántalos en macetas amplias en las que puedan crecer en todo su esplendor.
Además de concer los mejores tipos de plantas de interior para decorar nuestra casa, no está demás tener en cuenta algunos consejos de interiorismo para elevar su función ornamental, como por ejemplo utilizar diferentes variedades de temporada que incluyan un gran abanico de colores (ya sean diferentes verdes, o jugando con los tonos de las flores), colocarlas de manera que creen un espacio fresco y lleno de vida, jugar con las alturas a través de diferentes muebles auxiliares, cestos, maceteros y jarrones, colgarlas e, incluso, apostar por plantas trepadoras nos dará un resultado de revista.