Plan de entrenamiento y motivación invernal contra el frío

Empieza el momento más delicado del año para las que nos cuesta un triunfo entrenar al menos tres veces a la semana: la lluvia, el frío, el invierno ... Algunos días, la nieve convertirá la decisión de no salir a la calle en lo más sensato.

Sin embargo, somos legión las que, al mínimo indicio de nubes, optaremos por quedarnos en el sofá con la excusa del tiempo. ¡Error! Compilemos algunas de las recomendaciones que los gurús del 'training' citan para disuadirnos de abandonar nuestro plan de ejercicio semanal.

Primordial: contra el mal tiempo, mejor equipación. Leggings, guantes y bodies térmicos harán que puedas salir a la calle sin miedo a resfriarte . Además, comprar ropa nueva de entrenamiento de vez en cuando, especialmente cuando logras algún objetivo, motiva a moverse para usarla.

En invierno merece la pena más que nunca el hacerse socia de un club (además, da mucha rabia pagar la cuota para no acudir), aunque es posible realizar un buen entrenamiento en casa, como demuestran un montón de tutoriales de YouTube.

Otra buena idea: planificar en el calendario los entrenamientos, y tomarse las entradas como si fueran citas médicas inexcusables. Contemplar el progreso significa una motivación extra para continuar o incluso mejorar.

Un movimiento inteligente: ejercitarse con amigas. Unas tirarán de la motivación de las otras cuando flojee. Pero si no es posible sumar a nadie al entrenamiento, aún se puede hacer algo para no dejar pasar cada cita: recordarse a una misma porqué lo estamos haciendo. Porqué es importante.

Cada vez que salimos a entrenar, cada vez que nos ponemos las zapatillas para caminar o hacer elíptica o saltamos a la cuerda o levantamos peso, nos estamos mimando, abrazando, queriéndonos.

Nos estamos dedicando tiempo de calidad solo a nosotras, que para eso somos los más importante de nuestro mundo. Además, logramos que el mundo sea un poco mejor cuando entrenamos, porque las endorfinas nos ponen de mejor humor y ese estado de ánimo es contagioso.

Como recompensa, la comida nos sabe más rica, dormimos mejor y nos sentimos más fuertes y poderosas. Un subidón.