vivir
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Cuando pensamos en nuestra espalda normalmente es porque nos duele y buscamos la forma de que deje de hacerlo, por eso la mayoría de ejercicios a los que solemos acudir para ejercitarla están destinados a prevenir esos dolores. Y cuando pensamos en ejercitar nuestro pecho solemos hacerlo motivadas por el deseo de que luzca más firme y redondeado. Pero en ambos casos se nos olvida una gran verdad: que la postura de nuestro pecho y nuestra espalda son el arma secreta que nuestra figura necesita para parecer más delgada. Una buena postura corporal, y eso es algo imposible de conseguir si no tonificamos adecuadamente los músculos de pecho y espalda, no solo nos salva de lesiones y dolores, también consigue que estemos más guapas y estilizadas. ¿Quieres saber cómo conseguir corregir tu postura? Pues toma nota de estos cuatro ejercicios.
Este completo ejercicio que usan los fans del crossfit a menudo es exigente, pero ofrece grandes resultados. Para realizarlo necesitas dos mancuernas (ojo con el peso, no te excedas) y un poco de espacio.
Colócate como si fueras a hacer un push up clásico, pero con una mancuerna en cada mano. Desde esa posición, con un pequeño salto, acerca los pies a las manos de forma que quedes de cuclillas pero sin llegar a estar tan agachada, porque lo siguiente que tienes que hacer es un pequeño swing en el que balancees las pesas por el hueco que dejan tus piernas.
Aprovechando el impulso ascendente del balanceo de brazos, estira los brazos, las piernas y el tronco y eleva los brazos por encima de los hombros y la cabeza. Deshaz la postura a la inversa y repite toda la secuencia 10 veces.
Su nombre en inglés hace referencia al que el movimiento de las piernas recuerda a los que tienen que hacer los escaladores para llegar a la cumbre, pero a ti te va a servir para trabajar toda la zona superior del cuerpo.
Para hacer esta variación del push up, colócate como si fueras a hacer una flexión de brazos de las de toda la vida pero con uno de los pies al lado de una de las manos. La pierna flexionada salta hacia atrás al tiempo que la estirada se encoge hacia su mano y sigues así, cambiando de pierna hasta que ambas cambien de posición 12 veces. Para que el ejercicio esté bien ejecutado el cuerpo se debe mantener paralelo al suelo durante todo el movimiento: ¡vigila que tus glúteos no se levanten por encima de tus hombros!
Pues sí, la traducción literal es bicho muerto y no porque acabes agotado al hacerlo sino por la postura que adoptas al ejecutar este ejercicio. La postura de inicio ya la conocerás si eres una adicta al Pilates, pero el dead bug puede ayudarte a algo más que trabajar tu core si lo realizas con mancuernas.
Túmbate sobre la espalda con las piernas y las rodillas flexionadas, tus espinillas deben quedar paralelas al suelo. A continuación extiende el brazo izquierdo hacia el techo, a la altura de los hombros con la palma de la mano hacia adentro mientras sostienes una mancuerna en la mano derecha. El codo del brazo derecho debe permanecer apoyado cen el suelo en un ángulo de 45 grados respecto al cuerpo antes de inciar el movimiento ascendente.
Desde esta posición, activa tu core, apoya bien los hombros y la zona baja de la espalda en el suelo y extiende el brazo derecho hacia el pecho y hazlo descender lentamente para recuperar la posición original antes de volver a repetir el movimiento ascendente. Haz 12 repeticiones con el brazo derecho antes de cambiar al izquierdo.