vivir
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El running engancha y, de hecho, no paran de salir nuevas corrientes como el runfulness e accesorios varios que buscan facilitarte la carrera (¿has descubierto ya el increíble uso que tiene la diadema de running que usan las influencers?). En cualquier caso, y disfruten como disfruten de su práctica, son muchos los corredores que se plantean si es una buena elección salir a correr en ayunas y, aunque no hay una respuesta definitiva, pues depende de cuáles sean tus condiciones físicas y qué objetivos esperas conseguir, vamos a tratar de desentrañar qué pasa si sometemos a nuestro cuerpo a esa situación para que seas tú la que decidas.
Empecemos por el principio: correr en ayunas no significa que te lances a la carrera habiéndote saltado una comida, no. Correr en ayunas implica que no hayas ingerido alimento en, al menos, las últimas ocho horas. Por eso, la mayoría de las personas que se deciden por esta práctica realizan la actividad física a primera hora de la mañana, tras haber dormido un número de horas suficientes sin haber comido. Eso sí, de nada vale darte un festín de carbos la noche anterior porque entonces tendrás la as reservas a tope.
Ahora bien, ¿por qué se ha popularizado esta práctica? Porque al correr en ayunas el hígado está al mínimo en cuanto a niveles de carbohidratos almacenados, por lo que es de esperar que tire de las grasas como combustible. Sin embargo, no es tan sencilla la cosa: para correr el organismo tirará de esa grasa pero es inevitable que también necesite un mínimo de hidratos de carbono.
En primer lugar, no deberías ponerlo en práctica si no eres un corredor experimentado y estás iniciándote, porque podrías experimentar mareos e incluso desvanecimientos. Y eso, especialmente en el caso de que realices la actividad en solitario, podría suponer un riesgo.
Sin embargo, si no es la primera vez que corres, has ido haciendo una progresión paulatina y la distancia es larga y de intensidad baja (piensa en uno 30 o 40 minutos corriendo a un ritmo que te permita mantener una conversación), sí que podrías beneficiarte del ayuno, ya que tu combustible sería la grasa y te permitiría ahorrar glucógeno muscular.
Si lo que a ti te interesa es que tus entrenos tengan un plus de intensidad, entonces deberías salir a la carrera con una dosis de carbohidratos, aunque sea un batido de fruta y verduras si no eres de los que es capaz de desayunar en cuanto se levanta de la cama.