Consejos para entrenar a pesar de las alergias estacionales

La alergia, aunque es posible de combatir, puede ser muy molesta en nuestro día a día. Pero si, además, le añadimos al picor de ojos, los estornudos, el lagrimeo, la carraspera o cualquier otro síntoma propio de las alergias estacionales un entrenamiento al aire libre cuando llega mayo y todo florece, puede convertirse en una pesadilla.

Sin embargo, no desesperes. Aunque es cierto que para las personas alérgicas la primavera puede complicar mucho las sesiones de entrenamiento (especialmente en el exterior) y dificultar en gran medida la respiración, hay algunos consejos que están al alcance de tu mano y que harán que mejore tu experiencia deportiva.

Si eres de los que aman salir a correr y te encanta planificar carreras a pesar del polen, las gramíneas o lo que quiera que sea que te provoque alergia, no dejes de hacerlo. Los expertos recomiendan que es importante no rendirse y permitirle al cuerpo y al sistema inmunológico adaptarse de una manera gradual.

Es posible que sientas más dificultad para controlar la respiración y que notes que te falta el aire fresco. Tómatelo con calma, afloja el ritmo y escucha a tu cuerpo, pero permítele la oportunidad de afrontar y enfrentar la situación.

Si practicas deporte al aire libre con cierta regularidad estarás creando una resistencia que te permitirá estabilizar tu sistema inmune. Eso sí, hazlo con cuidado (no todas las alergias son iguales).

También puedes repasar tu alimentación y considerar meter en más cantidad algunos alimentos que pueden ayudarte a reforzar la línea de defensa de tu organismo, como el ajo, la zanahoria, la papaya, los cítricos y el pimiento o el brócoli.

Como decíamos arriba, no todas las alergias son iguales ni todos los cuadros de las personas que las sufren. Por lo tanto, una de las opciones que tienes es visitar a un especialista que te ayude a valorar hasta qué punto puedes llegar en tus entrenamientos. Y, por si las moscas, lleva siempre a mano tu inhalador.

Hay quienes deciden exponerse a los alérgenos de forma recurrente para intentar que su sistema inmunológico acabe adaptándose. Eso sí, no es una terapia que funcione de la noche a la mañana (puede extenderse fácilmente durante un par de años) y tampoco es aconsejable para todo el mundo.

Recuerda estar siempre bien hidratada porque el moqueo y lagrimeo constante te harán perder más líquido y porque dar pequeños sorbos de agua te ayudará a suavizar la sensación de picor en la garganta. Prueba las soluciones basadas en agua de mar que podrás encontrar en la farmacia y que ayudan a respirar mejor.

Hazte con una de las aplicaciones que te ayudan a controlar los niveles de polen en el ambiente y si las apps no son lo tuyo recuerda que las horas de menos concentración de alérgenos son entre las 11 de la mañana y las 6 de la tarde. Y por último, lava bien tu ropa y date una buena ducha con aclarado de pelo incluido porque es ahí donde tenderán a acumularse.