Practicar Ashtanga yoga con regularidad te ayuda a fortalecer la musculatura y a perder peso. /
Hace años creía que el yoga era una práctica pausada cuyo único objetivo era conectar con tu mente para lograr así reducir la velocidad a la que nos movemos en el día a día. Eso hacía que lo descartase una y otra vez en mi búsqueda del deporte ideal para fortalecer el cuerpo y quemar calorías. Pero entonces descubrí el Ashtanga , una modalidad de yoga mucho más exigente físicamente que su primo el Hatha , que conseguía que saliese agotada y feliz de cada una de sus sesiones.
El Ashtanga Yoga es una de las variantes más completas , ya que, además de su exigencia física, también se centra mucho en el plano espiritual y en la relación cuerpo-mente. Al mismo tiempo, es una variedad muy dinámica que mejora la concentración, puesto que su objetivo es controlar las actividades de la mente.
Para ello, el Ashtanga Yoga se sirve de ocho pilares, que son los puntos clave sobre los que se fundamenta esta modalidad y que fomentan la fuerza, la resistencia y el control emocional. Son el Yama (códigos morales), Niyama (purificación), Asana (posturas), Pranayama (respiración), Pratyahara (interiorización), Dharana (concentración), Dhyana (meditación) y Samadhi (contemplación).
En este tipo de Yoga el orden de las asanas está predefinido y las posturas se van enlazando unas con otras de manera fluida y continua, acompasando cada uno de los movimientos con la respiración, de forma que en ningún momento dejas de moverte hasta que terminas tu serie.
El Ashtanga Yoga se basa en tres series de asanas. La Chikitsa, que desintoxica el cuerpo, alinea la columna y purifica el organismo; la Nadi Shodhana, que desbloquea los canales de energía haciendo que la energía fluya; y la Sthira Bhaga, que trabaja la fuerza y la resistencia.
La práctica continuada de ashtanga yoga estiliza y fortalece el cuerpo, sí, pero es que además proporciona un estado mental sereno, relajando nuestros sentidos del ritmo vertiginoso del día a día, además de que también purifica el organismo, la mente y las emociones.
Se recomienda empezar con dos sesiones a la semana de Ashtanga yoga. /
1. Calma la mente: el control de los movimientos, de la respiración, de la mirada y de la secuencia ayuda a relajar la mente promoviendo la calma del sistema nervioso autónomo, que es el responsable de controlar el ritmo cardiaco, la respiración y la presión arterial.
2. Mejora el bienestar general: en un estudio realizado en 2017 entre practicantes de yoga Ashtanga se comprobó que practicar este tipo de yoga al menos dos días por semana mejora la autoestima, previene la depresión y reduce los síntomas de la ansiedad.
3. Fortalece los músculos: la fluidez y constancia en los movimientos tan característico del Ashtanga yoga hace que la totalidad de la musculatura corporal trabaje, logrando tonificarlos y fortalecerlos gracias al propio peso corporal y el mantenimiento de las posturas.
4. Promueve una alimentación más saludable: según un estudio realizado en 2009 practicar yoga se asocia con prestar más atención a lo que comes. Esto tiene un nombre, y es mindful eating, que logra que dejes de comer de manera impulsiva, controlando así el peso excesivo.
5. Ayuda a adelgazar: la práctica habitual de yoga mantiene a raya el cortisol, lo que equilibra tu cuerpo ayudándote a perder peso. Por otro lado, también contribuye a la activación del metabolismo debido al aumento de la masa muscular, lo que se asocia al consumo de calorías.
6. Alivia el dolor crónico: en un estudio realizado en 2017 se pudo comprobar como la práctica del yoga al menos una vez por semana durante al menos 12 semanas reduce el dolor de espalda crónico tanto como la fisioterapia. Un método natural muy sano para paliar uno de los grandes problemas de la sociedad actual.