Cómo corregir los errores que cometes cuando empiezas a correr: de la postura correcta a las zapatillas cómodas

Desde corregir la postura hasta elegir las zapatillas adecuadas. Correr es un deporte muy completo pero debes conocer los mejores consejos para hacerlo bien.

¿Pensando en comenzar a correr? Pincha en la imagen para ver los 8 alimentos que mejorarán tu rendimiento deportivo. /PEXELS

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Sara Flamenco
Sara Flamenco

Todas en algún momento de nuestra vida nos hemos planteado incorporar el running a nuestra rutina de entrenamiento por ser un deporte completo y que no implica gastar mucho dinero. Pero, aunque todo el mundo puede correr, no todos lo hacemos bien, lo que puede hacer que lo abandonemos a las primeras de cambio. No sólo debes preocuparte por hacerte con el calzado adecuado, sino que es vital mantener una postura y una respiración correctas y mantenerlo durante toda tu sesión de entrenamiento, a pesar del cansancio. Nuestro primer consejo es que no quieras darlo todo el primer día, para que aprendas a mantener la postura y la respiración y evitar así lesiones y dolor en los costados (lo que conocemos como flato). Además, es importante que no te olvides de estirar los musculos, tanto antes como después de correr para evitar los calambres.

Errores comunes a la hora de empezar a correr

- Mala respiración: una mala respiración puede ocasionar dolores en el costado, agotamiento y hasta mareos. Nadie quiere continuar con un ejercicio que le haga sentir mal, por lo que debes aprender a respirar correctamente para sacarle el mayor beneficio a este ejercicio. Deberías respirar con el diafragma, centrándote en el área abdominal, para así utilizar toda tu capacidad pulmonar.

- Mala zancada: los pies deberían aterrizar justo debajo del cuerpo, no delante, y debes apoyar toda la planta del pie, no sólola punta o el talón. No prestar la suficiente atención a la zancada puede derivar en lesiones.

- No equilibrar el cuerpo: es importante mantenerte erguida para correr con el cuerpo en vertical. Al correr, sobre todo cuando ya estamos cansadas, tendemos a inclinar el cuerpo hacia adelante, lo que puede desequilibrarte.

- Inclinar la cabeza: este es otro de los problemas posturales típicos. Cuando corremos, sobre todo al llevar ya un tiempo, tendemos a agachar la cabeza o elevarla en exceso, lo que puede ocasionar daños en cuello o espalda. Deberíamos tener la cabeza siempre erguida y la mirada apuntando al infinito.

- Beber mucha agua o demasiado poca: si tomas mucha agua puede disminuir los niveles de sodio en sangre, además de sentirte pesada a la hora de correr, y no beber lo suficiente puede causar deshidratación y aumento de las pulsaciones.

- No estirar: a veces por vergüenza, otras por pereza, tendemos a no estirar los músculos tanto antes como después del entrenamiento. Es importante hacerlo antes para evitar calambres o lesiones y después para relajar todos los grupos musculares que has usado.

- Comer mucho: al correr, la sangre se dirige a los músculos por lo que la digestión se desacelera, lo que puede provocar náuseas o bajadas de tensión. Si has comido mucho, espera 2 o 3 horas antes de empezar a correr.

Consejos para empezar a correr

- Empieza poco a poco: el running es un deporte que exige mucho impacto y estrés en tu cuerpo y si no estás bien preparado para ello y aspiras a más de lo que debes, lo único que puedes conseguir es padecer una lesión o perder la motivación.

- Preocúpate por el tiempo y no por la distancia: aumenta poco a poco el tiempo que dedicas a la carrera, no la distancia. Así podrás controlar la duración de tus entrenamientos, regularás el ritmo de tu carrera y te sentirás más motivado.

- Planifica tus entrenamientos y no te los saltes: Salir a correr necesita una constancia y si no lo planificas siempre pueden surgir otros planes más tentadores. Decide los días que quieres salir a correr a la semana y apúntalos en un calendario para que se conviertan en citas tangibles.

- Sé realista: no te marques metas inalcanzables. Comienza por algo fácil, como correr 5 kilómetros o 20 minutos al día. Así te sentirás más motivado al ver que puedes llegar a cumplirlo y podrás marcarte objetivos más ambiciosos.

- No olvides el calentamiento y el estiramiento: el hecho de no calentar antes de un entrenamiento puede ocasionar tirones o calambres en tus músculos y si no estiras después de correr es muy probable que al día siguiente notes tus piernas más doloridas.

- Mantén la postura correcta durante todo el ejercicio: cabeza erguida con la vista al frente, sin levantar demasiado el mentón ni agachar la mirada; los hombros deben estar relajados y sueltos, pero derechos; has de mover los brazos hacia delante y hacia atrás con los cosos en un angulo de 90º; mantén las manos relajadas, sin apretar los puños; el torso siempre erguido y en posición vertical; las rodillas tienen que estar ligeramente flexionadas y alineadas con el pie; y los pies deben aterrizar de forma liger y apoyando toda la planta, con los dedos mirando hacia adelante.

- Hazte con unas zapatillas adecuadas: las mejores zapatillas no son sinónimo de las más caras. Lo mejor es que antes de correr te hagas una prueba de pisada y averigües si eres pronador, supinador o neutro. Acudiendo a un centro de deporte especializado y teniendo en cuenta otros factores como tu altura, peso o presupuesto, consigue las zapatillas que mejor se adapten a ti.

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