Correr por la playa: muchos beneficios… si lo haces con precaución

Es fácil amar el running por sus beneficios . También es fácil adorar la playa. Y juntos forman un matrimonio irrompible. Así que ponte la mejor música para salir a correr y prepárate para quemar grasas y calorías con el running playero. Porque hacerlo por la arena te va a ofrecer beneficios adicionales que quizá no conocías. Te lo agradecerá cuerpo, corazón y mente… siempre que lo hagas con cabeza y extremando la precaución si tienes problemas en rodillas o tobillos.

Llevar tu rutina de carrera a la playa puede evitar el aburrimiento, mejorar el rendimiento de la carrera y ayudarte a completar desafíos que quizá no creías posibles. Correr sobre la arena proporciona una resistencia adicional para los músculos de la parte inferior del cuerpo, lo que requiere más esfuerzo y energía para impulsarte hacia adelante. Y un mayor requerimiento de energía equivale a una mayor quema de calorías.

Además, y por la propia superficie, ejercerás menos presión sobre los tobillos, las rodillas y las caderas, por lo que tus articulaciones sufrirán mucho menos. Y como el entrenamiento en arena desafía singularmente músculos, articulaciones, ligamentos, tendones y sistema cardiovascular, tu rendimiento se disparará.

A estas alturas, ya te habrás dado cuenta de todos los beneficios que implica salir a correr por la playa. Sin embargo, debes tener en cuenta algunas precauciones para que la experiencia sea lo más feliz y completa posible. Así, algunas playas pueden tener conchas u otros objetos afilados que podrían dañar tus pies y amargarte el verano. Examina primero la superficie sobre la que vas a correr y llegado el caso usa tus zapatillas.

Evalúa la posibilidad de ir calzada especialmente si eres nueva en esto de correr por la playa. A medida que tus pies, tobillos y rodillas se fortalezcan, tú misma te darás cuenta de cuándo puedes comenzar a correr descalza. Si lo haces, es bueno comenzar los entrenamientos con carreras cortas para permitir que tu cuerpo, y especialmente tus pies, se adapten a la transición de zapatos a pies descalzos.

Correr al aire libre es una excelente manera de entrenar, obtener un poco de vitamina D, respirar aire fresco y cambiar de escenario. Sin embargo, tampoco es para todos. Si tienes una lesión en la rodilla o el tobillo, evita correr en arena. La fascitis plantar, que es una inflamación de la fascia que conecta el talón con la parte delantera del pie, es otra lesión que podría empeorar al hacer running por la playa.

Por lo demás, actúa con sensatez: tómate tu tiempo para calentar, camina antes de correr, protege tu piel del sol, evita las horas más cálidas del día y mantente hidratado. Así disfrutarás a tope de esa maravillosa experiencia que es hacer running junto al mar.