¿Piernas hinchadas en verano? Descubre 5 posturas de yoga que te aliviarán al instante 

Es llegar el verano…. y se te hinchan los tobillos como por arte de magia. Sientes que las piernas te pesan toneladas y pruebas todos los ejercicios para piernas cansadas sobre los que alguien te habló alguna vez. ¿Es ese tu caso? Pues tienes que darle una oportunidad a estas asanas y dejar que el yoga (y sus distintos tipos) entre en tu vida no solo para liberar mente y cuerpo sino para dejar que fluya la circulación como nunca antes. ¿Preparada?

Lo que te pasa a ti nos pasa a muchas. Y es que las altas temperaturas del periodo estival no solo traen consigo pieles bronceadas y baños refrescantes, sino también retención de líquidos , un deterioro de la circulación y una sensación de carga en las extremidades que a más de una nos empuja al sofá al grito de «no puedo con mi vida».

Sin embargo, lo que mejor le va a venir a tu cuerpo es lo contrario de lo que te pide en ese momento. Aunque sientas que te cuesta horrores, un ejercicio moderado -olvídate de correr una Spartan si el cuerpo y la cabeza no te lo piden- conseguirá que la sensación de pesadez se vea notablemente aliviada. ¿Y qué mejor que unas cuantas asanas, fáciles de hacer estés donde estés, que te den buen resultado? Pocas cosas. Así que… ¡toma nota!

Los expertos se refieren a ella como Adho Mukha Svanasana, pero es popularmente conocida como el perro.

Es unan postura que sirve de transición y de descanso. Recuerda situar las manos un poco más adelante de la altura de tus hombros y las rodillas al ancho de caderas. Cuando te eleves, lleva el peso hacia atrás y mantén la cabeza relajada.

No te dejes llevar por el nombre, te dejará como nueva. Con esta postura trabajarás la apertura de caderas y liberarás tensión.

Estupenda para mejorar la circulación de piernas, caderas y espalda.

Recuerda mantener la postura durante cinco respiraciones profundas.

Tienes dos opciones para la postura de las piernas en alto. La primera consiste en elevar las piernas, apoyarlas contra la pared y colocarte un cojín bajo la cadera.

La segunda es una versión avanzada de la asana anterior que supone eliminar el elemento del cojín o zafu y sostener el peso de tu cuerpo sobre las manos, codos y hombros.

En cualquiera de los dos casos, lo importante es mantener las piernas arriba, bien rectas y permanecer en la postura uno o dos minutos.

Dicen que es una de las posturas más relajantes del yoga pero, en nuestra opinión, no es de las más sencillas. Sí es cierto que irás mejorando mucho conforme practiques y que aunque tu flexibilidad aún no esté muy trabajada notarás cómo se descarga tu cuerpo a pesar de que no consigas el gran ángulo que ves en la foto.

¿Cosas importantes para hacerla correctamente? Recuerda exhalar conforme te vas inclinando - la respiración en yoga es fundamental y puede cambiar por completo cómo tu cuerpo responde a un movimiento-, mantén la espalda recta (sabemos que esto es lo que más cuesta, pero se puede; es mejor que bajes menos y con la postura adecuada a que bajes del todo hecha una interrogación) y lo más importante: disfruta. Aprovecha estos minutos para conectar contigo misma, para escuchar a tu cuerpo y para hacer que por unos instantes el reloj vaya a otro ritmo. Merecerá la pena.