Cinco saludos al sol para hacer cada mañana a partir de los 50 años: ejercita cuerpo y mente y acelera el metabolismo

El yoga es una práctica muy extendida por sus beneficios tanto mentales como físicos. Ayuda a eliminar el estrés y la ansiedad, además de curar el dolor de cabeza y las migrañas . Pero no sólo eso, sino que el yoga tonifica todo el cuerpo y mejora la flexibilidad . Como ves, es un deporte muy completo, pero no hace falta hacer una hora de yoga al día para comprobar sus beneficios. Si sacas unos minutos cada mañana y los empleas en hacer cinco saludos al sol, comenzarás el día con energía, mucho más tranquila y con fuerza para afrontar los problemas del día a día.

El saludo al sol es una secuencia de asanas o posturas de yoga que se compone de  7 asanas en las cuales se deben realizar  12 movimientos realizados como un sólo ejercicio continuo en el que se sincroniza el movimiento con la respiración. Estos movimientos buscan estirar los músculos y aumentar su  flexibilidad. Cada asana compensa la postura del anterior y, en su conjunto, el saludo al sol permite despertar todo el cuerpo y trabajarlo tanto a nivel de fuerza como de flexibilidad. Gracias a esta práctica, el cuerpo se recarga de energía, por lo que realizarlo cada mañana antes de iniciar tus rutinas del día a día es na buena forma de empezar el día con fuerza.

1. Exhala y, con la espalda bien recta y el peso del cuerpo bien repartido sobre las dos plantas de los pies, une las palmas de las manos frente al pecho. Conecta con la respiración.

2. Inspirando, estira los brazos arriba y hacia atrás.

3. Exhalando, lleva las manos en el suelo junto a los pies.

4. Inspirando, lleva la pierna derecha hacia atrás, la rodilla al suelo y la mirada hacia arriba.

5. Reteniendo la respiración, lleva la otra pierna hacia atrás, manteniéndolas ambas estiradas y los brazos también.

6. Exhalando, flexiona las piernas hasta tocar el suelo con las rodillas, el pecho y la frente.

7. Inspirando, apoya las caderas y las piernas mientras haces fuerza con los brazos para abrir el pecho. Inclínate atrás y lleva la mirada arriba.

8. Exhalando, lleva las caderas arriba y la mirada hacia el abdomen.

9. Inspirando, lleva el pie derecho entre las manos, mientras bajas la otra rodilla hacia el suelo.

10. Exhalando, lleva la otra pierna adelante, pon los pies juntos y acerca la cabeza hacia las piernas.

11. Inspirando, levanta los brazos arriba y hacia atrás.

12. Finalmente, exhalando, junta las palmas de las manos frente al pecho.

Ahora vuelve a empezar, pero esta vez poniendo la pierna izquierda delante.

Los beneficios de esta práctica se ven a tres niveles, físico, mental y espiritual:

- Mejora la  flexibilidad muscular y articular.

- Mejora nuestro  equilibrio.

- Permite masajear los órganos del abdomen, lo que ayuda a que mejore el proceso digestivo.

- Ayuda a  calmar la mente.

- Permite mejorar la  circulación sanguínea.

- Ayuda a depurar el organismo favoreciendo la expulsión de sustancias de desecho.

- El trabajo físico realizado hace que se fortalezca el corazón.

- Ayuda a minimizar la tensión mental, la ansiedad y el estrés.

- Trabaja toda la musculatura por igual, ya que todas las zonas de cuerpo se van a ver involucradas.

Recuerda que los movimientos deben ser realizados de forma lenta y acompasada, lo que nos va a permitir controlar todos los movimientos y la respiración. Esta respiración debe realizarse siempre a través de la nariz y en el momento en el que sintamos que necesitamos emplear la boca, hay que bajar el ritmo.