vivir
vivir
Los problemas con la báscula de la cantante son de sobra conocidos, y no solo por su tendencia a engordar, sino también por su empeño en mantener a raya su curvilíneo cuerpo incluso a golpe de Photoshop si las dietas no logran el objetivo.
Según los mentideros de Hollywood, la culpa de todo la tiene su irrefrenable afición al fast food, pasión que ella compensa con dietas extremas. Aunque una vez confesó, para alegría de los pescaderos, que había perdido siete kilos desayunando salmón, comiendo lenguado y cenando atún todos los días (agallas no le faltaron), nada más surrealista que su célebre purple diet o dieta morada, que consiste en (sí acertaste): montañas de lombarda, lechuga morada, zanahorias moradas, cebollas y patatas del mismo color y, de postre, arándanos y semillas de acai.
Monocromía antikilos. Al parecer, su plan consiste en comenzar la dieta con licuados morados durante dos días y seguir igual el resto del tiempo, pero ya sin licuar. Vamos, una dieta en la que te pones morada mientras adelgazas.
Descubre nuestro canal Recetas. Las propuestas más deliciosas a tu alcance con un solo clic.