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Cómo iba imaginar José Andrés, el chef asturiano que triunfa en Washington y alrededores con su restaurante 'Jaleo', que su disputa legal con un magnate malhablado terminaría convirtiéndose en un enfrentamiento más que serio con el siguiente Presidente de los Estados Unidos. ¡Es surrealista!
Sin embargo, así ha sido: el cocinero rompió el año pasado el contrato que le ligaba a Donald Trump para abrir un restaurante en el nuevo hotel Trump International en la capital estadounidense. La razón: las manifestaciones que tachaban de "criminales y violadores" a los inmigrantes mexicanos por parte del empresario, hoy ya Presidente electo.
Los abogados del cocinero adujeron que su cocina es básicamente hispana, por lo que su reputación se vería indudablemente dañada por su relación con alguien que hace comentarios tan despectivos.
Trump le demandó, en respuesta, por 10 millones de dólares, y José Andrés replicó con una reclamación de 8 millones de dólares por los gastos incurridos en el desarrollo del restaurante.
Ayer, en unos tuits conciliadores, el asturiano propuso al Presidente que donaran el dinero que se disputan a los veteranos de guerra, terminando así con una disputa que podría sentar a Trump ante el juez el próximo enero.
De momento, ni el presidente Trump ni su equipo legal ha contestado a la propuesta de paz de José Andrés, cuya inteligencia como hombre de negocios va a la par de su maestría a los fogones. No es el único chef que pleitea con el aún magnate debido a sus manifestaciones racistas.
El chef Geoffrey Zakarian le demandó por la misma razón para liberarse del compromiso de abrir un restaurante en el mismo hotel de la cadena presidencial. Este caso sigue su curso, y Donald Trump tendrá que declarar ante los jueces el 3 de enero.