Carpaccio de ternera con queso parmesano
La historia del carpaccio surge en los años treinta del siglo pasado, en el reputado restaurante de Giuseppe Cipriani en Venecia, lugar al que eran asiduos figuras como Truman Capote o Ernest Hemingway y la protagonista de esta genial idea, la condesa Amalia Nani Mocenigo. La clienta sufría déficit de glóbulos rojos y le explicó su situación a Cipriani, quien decidió experimentar con una deliciosa pieza de solomillo de buey fileteada en finas láminas, macerada con mostaza, mayonesa y salsa Worcestshire y acompañarla con virutas de queso parmesano.