Andoni Luis Aduriz y Rocío Berradé / Vicens Giménez

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Andoni Luis Aduriz y su estudiante estrella

'Si la cocina quiere liderar la transformación social, debe resolver la discriminación', Andoni Luis Aduriz.

Andoni Aduriz no eligió ser cocinero, lo decidió su madre. Tenía 14 años y sus notas no eran buenas. 'Mis padres querían que estudiara algo práctico, como la cocina', recuerda el fundador de Mugaritz, en Errentería (Guipúzcoa), con tres estrellas Michelin. 'Pero en la escuela descubrí la pasión por este oficio'. Dormía en una litera en la cocina, preparaba el café, encendía los fuegos... y trabajó con los más grandes: Roteta, Arzak, Subijana; y Ferrán Adrià, su maestro. Creó una cocina minimalista y en constante evolución, donde el relato es un ingrediente más.

Andoni Luis Aduriz y Rocío Berradé / Vicens Giménez

Rocío tiene 21 años y ha pasado cinco meses en Mugaritz, trabajando con el equipo de i+D: busca bibliografía sobre el dim sum y su tradición culinaria para su proyecto de fin de carrera del Basque Culinary Center. ' Mi objetivo es la gastronomía, no la cocina. Estudio historia, antropología, derecho, física y química...'.

Mi meta es la gastronomía, no la cocina: historia, antropología, química…".

Rocío Berradé

'La nueva generación se forma de otra manera –dice Andoni–. Nosotros hacíamos un trayecto más sencillo, hoy tienen claro a dónde quieren llegar'. El sueño de Rocío es trabajar para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y la docencia. 'Ahora en las carreras hay más competencia –afirma el chef–, porque hay más herramientas'.

Rocío ha pasado por el restaurante Chef and Sommelier de Finlandia, para conocer la nueva cocina nórdica, y por El Bulli. No siente vértigo, sino pasión. Es el secreto compartido de maestro y alumna: tesón, esfuerzo, vocación, entusiasmo, autocrítica, espíritu de sacrifico y de reinvención. Sin eso no hay cocina. Pero, a lo largo de los años, Aduriz también ha aprendido que el temperamento importa, no solo el currículo. 'Un cocinero debe tener muy presente, además de los valores de siempre, lo que se vive en la calle. Tal vez por eso estaba preparado para la irrupción de las mujeres. 'Era una deuda pendiente. Si la cocina quiere liderar la transformación social, comprometerse con la cultura, debe resolver la discriminación. Y aquí veo mujeres muy formadas, con gran lucidez y mucho que aportar'.

Mi mayor orgullo...

'Más que de una preparación concreta, estoy orgulloso de haber sabido rodearme de un gran equipo y de que nuestras propuestas sirvan de referencia'.

Lo que más admiro de Andoni…

'Su actitud de escucha, desafío y debate sobre todo lo que aprende. Disfruto mucho de su conversación y su sentido del humor'.

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