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Puede ser que lo que más impacte sea su altura, pero también lo hacen sus platos. Marea Alta se encuentra situado en uno de los edificios más icónicos de Barcelona: en la planta 24 de Torre Colón, el primer rascacielos que se construyó en 1971. Con la Ciudad Condal a sus pies, disfrutar de un menú que cuenta con las joyas del mar resulta más que placentero.
Su cocina se basa en una selección de los mejores pescados de las lonjas españolas, llevándote a tocar el cielo a través de sus sabores. Para ello, combina técnicas de cocina tradicional, como parrillas, ahumados, fritura o guisos, con un toque vanguardista que convierte sus platos en únicos. Detrás de esta genialidad se encuentra el chef madrileño Enrique Valentí, el mismo que te hace sumergirte en una experiencia gastronómica y te lleva a nadar entre sardinas a la brasa o una cuajada de bacalao ‘a la catalana’. El menú –con un precio medio de 60 euros por persona– va cambiando en función del producto fresco que llega a diario, pero siempre se mantiene en el objetivo de potenciar el gusto y la jugosidad del alimento que llega a la mesa del comensal.
Y como no hay marea alta sin marea baja, en la planta inferior se encuentra el local que recibe este nombre y presume de otro estilo. Su carta se basa en tapeo y bocados fríos para maridar con una sangría que se convierte en el centro del menú.
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