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Hacía tiempo que veníamos buscando un sitio como La Taberna de La Reina. Un espacio que, por su decoración moderna y vanguardista quizás recuerde más a un gastro bar que a una taberna, pero que una vez lo pruebas te transporta directamente a una casa de comidas de toda la vida, con ese punto que sólo una madre (o un experto) puede darle a los platos.
Con una carta amplísima que reivindica el espíritu madrileño, La Taberna de La Reina ofrece un recorrido a través de lo mejor de la capital sin dejar de lado algunas de las especialidades más demandadas de otras regiones. Así, junto a guisos clásicos como el rabo de toro o los callos a la madrileña se une la cecina de León, las alcachofas de Tudela, el jamón ibérico 100% bellota D.O Guijuelo, los calamares a la andaluza, los torreznos de Soria o el fideuá de chipirón y gambón.
Puedes vivir la experiencia desde la barra, en sus mesas altas o en el comedor. El ambiente en cada una de sus zonas es desenfadado, si bien el comedor de la parte de abajo, que da a la calle Reina, es un poquito más íntimo. Con un techo que hace un guiño a la dehesa española, alberga el espacio más tranquilo de la taberna. Si vas en pareja, os recomendamos las mesas junto a la ventana. Os parecerá estar en otro universo.
Existe otra zona que llama mucho la atención y que nace precisamente de ese concepto de taberna clásica del Madrid más castizo y es la Charcutería. A un lado de la barra se sitúa este original espacio donde los embutidos más deliciosos se cortan al momento, dejando ese olor tan característico que nos hace salivar. Las tablas van desde los 8,5 a los 18 euros. Y todas, toditas, merecen mucho la pena.
La Taberna de la Reina tiene una de esas cartas que te hacen dudar, porque todas las opciones se presentan apetecibles. Además, ¡hay muchas!
De las que probamos te podemos decir que os recomendamos todas, lo cual nos hace pensar que hay poco margen de equivocación pidas lo que pidas. Lo que no te puedes perder: las alcachofas con salsa romescu, la brocheta de gambón, bacon y calamar de anzuelo a la plancha, el taco de bonito y la costilla deshuesada de vaca.
En cuanto a postres, nos recomiendan tres que nos recuerdan a la cocina de nuestras abuelas: la tarta de queso a la antigua con membrillo y miel, un cremoso arroz con leche y un sorprendente chocolate con churros. Y es entonces cuando pensamos que deberíamos visitar la Taberna más de una vez, o con más personas, para poder probarlo todo, porque el estómago comienza a estar más lleno de lo acostumbrado y tales dulces merecen ser degustados con apetito.
Si buscas un lugar de tapeo o comida tradicional en pleno centro de Madrid, este es tu sitio. La recuperación del espíritu de las tabernas de antaño de cocina tradicional (y deliciosa) con el toque decorativo divertido y casual hace de este restaurante el sitio perfecto para una experiencia gastronómica redonda.
La Taberna de la Reina está en Gran Vía, 10 (Madrid)
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