Ruta por Formigal

Todavía es tiempo para esquiar, disfrutar de las montañas nevadas y organizar un fin de semana idílico en el Pirineo aragonés. Pero, antes de poner rumbo al destino, es necesario trazarse una ruta para vivir una experiencia inolvidable, y estos sitios son un acierto seguro.

Junto a la parte baja del telesillas de Garmet y Culivillas, y con unas vistas únicas, la Cabaña Lolea se ha convertido por tercer año en el punto de encuentro social donde disfrutar del aperitivo, comida o ‘après-ski’ al sol y con buena música, a cargo de un DJ los findes de semana. Cuenta con una amplia carta con deliciosos platos como nachos con guacamole, patatas, hamburguesas, perritos calientes... además de las cinco variedades de Lolea. Una experiencia única para los amantes del deporte blanco.

Es un sueño hecho realidad. Este hotel, ubicado en uno de los valles más bonitos del Pirineo aragonés, ofrece la oportunidad de dormir en un iglú con unas vistas únicas. Por 395 euros la noche, la experiencia incluye la subida, cena especial, una excursión con raquetas de nieve y ser el primero en bajar las pistas de la estación a la mañana siguiente.

Con un ambiente distendido y dos espacios; uno donde disfrutar de una cena con amigos, y otro más informal con buena música y coctelería, es el lugar donde poder probar productos autóctonos. Además, su decoración, donde predomina un estilo retro con toques modernos, lo convierte en el broche de oro perfecto tras una larga jornada de nieve.

Para llegar a este restaurante, ubicado a casi 2.000 metros de altura, es necesario ascender con el telesilla de Sallent. Pastas, pizzas, risottos... forman parte de su cocina de altura con una imagen única; una vista panorámica del valle y otros puntos clave de Formigal y Panticosa.