Llega la Semana Santa y con ella la primera oportunidad del año de hacer una escapada en la que conocer una ciudad y aprovechar nuestro tiempo libre. O simplemente, una buena razón para quedarse en casa y descansar. Sea cual sea la opción que has escogido para las vacaciones que están a la vuelta de la esquina, seguro que entre tus planes está disfrutar de una buena comida, o cena, sin meterte en la cocina. Y si tu destino va a ser Madrid, tenemos los restaurantes que tienes que conocer si vas a pasar la Semana Santa en la capital.
En nuestra selección hemos unido gastronomía internacional con nacional, restaurantes que ya gozan de la fama propia del panorama gastronómico madrileño con otros que no van a tardar en alcanzarla, locales recogidos en los que te sentirás como en casa con lugares que te trasladarán bien lejos. Sea cual sea tu elección, no queremos arrancar sin darte un consejo imprescindible cuando se trata de comer, o cenar, fuera en Madrid. Escoge el que más te guste y reserva, porque aquí siempre hay la gente suficiente para que la improvisación te salga mal y el plan de ir a un sitio sin haber reservado previamente sea un fracaso.
Tras convertirse en una referencia obligada en el panorama gastronómico salmantino el chef Marcello Salaris dio el salto a Madrid en 2021 con Martinica, una propuesta de cocina fusión mediterránea en la que no faltan las influencias internacionales. El resultado es un local con personalidad propia en el que la sofisticación y el buen gusto se dan la mano para acompañar una carta cargada de sabrosas sorpresas. La berenjena a la parmesana o la ensalada de tomare con gambones a la parrilla, salmorejo y queso curado son un excelente punto de partida para un encuentro en el que los segundos platos nos harán debatirnos entre la eterna duda, carne o pescado. Pero si buscamos una experiencia inolvidable es imprescindible apostar por las albóndigas de rabo de toro, con angula ahumada, berenjena y yema curada que fue escogido segundo mejor plato de rabo de toro de España en 2019. Y no te olvides de dejar hueco para el postre, porque tanto si eres de los que aman el chocolate, los que se pierden por una tarta de queso o los que prefieren disfrutar del sabor de la fruta, la experiencia bien lo merece.
Muy cerca de Gran Vía, en la calle Infantas, se encuentra La Rita, un restaurante que en apenas cinco meses se ha ganado el corazón, y el estómago, de vecinos y turistas. En un local que homenajea a la gran Rita Hayworth apostando por un entorno clásico, pero no aburrido, el chef Pepe Sacristán propone a los visitantes una cocina en la que los productos de proximidad se combinan para crear una propuesta casera y sorprendente en la que priman los sabores y las texturas.
Desde clásicos de nuestra cocina como el salmorejo o la ensaladilla a platos como la brocheta de rape y verduritas a la parrilla con arroz jazmín salteado al wok, La Rita lo da todo para conseguir que el cliente disfrute de una experiencia inolvidable sin florituras, apta para todos los paladares. Aquí también es imperdible un plato con rabo de toro, en este caso el brownie sobre puré suave de tubérculos. Y para cerrar, la tarta de queso que deja al gusto del cliente la presencia de los frutos rojos, el coulant de chocolate o la degustación de frutas y frutos rojos.
Si buscamos una experiencia con la cocina internacional, y a pesar de la tradición propia de la Semana Santa, no podemos dejar de tener en cuenta Piantao. Un restaurante argentino situado en el barrio de Legazpi, en el que los amantes de la carne saldrán más que satisfechos de una experiencia en la que el sabor es el gran protagonista. Gastronomía porteña y sabores de la Patagonia se dan la mano en esta cocina comandada por Javier Brichetto y en la que las estrellas de su propuesta, los diferentes cortes de la carne, pasan por una parrilla a la vista.
Tradición y modernidad para sorprender y satisfacer a su numerosa clientela, también con sus entrantes, como la empanada criolla o las croquetas de asado. Para acompañar la carne, guarniciones vegetales como los espárragos o la berenjena, o clásicos como la papa del camionero que te conquistará. Y para cerrar este encuentro eminentemente cárnico no pueden faltar clásicos argentinos como el panqueque o el alfajor, o postres infalibles como la tarta de chocolate o la de limón.
Cualquier amante de la buena cocina que se precie y viva en Madrid (o Barcelona), o pase por aquí, tiene que visitar Fismuler. Porque su cocina es sobresaliente, pero también porque su escalope San Román se ha convertido en un must de la gastronomía madrileña a la altura del bocadillo de calamares. Es decir, hay que probarlo, sí o sí, porque pocos filetes tan finos, y a la vez tan hermosos, han conseguido tanto con un poco de trufa, queso y un huevo. Su tarta de queso también goza de mucha fama, pero tampoco podemos dejar de lado propuestas dulces como la giaunduia.
Antes de llegar al final de nuestra cita cualquier elección será buena, porque la calidad es la máxima que gobierna en este local situado en la calle Sagasta, en el que la juventud de sus camareros y su comedor de ambiente industrial consiguen conquistar a los clientes a primera vista. Una vez sentados a la mesa, si queremos hacernos una idea de lo que nos espera basta con probar algo tan sencillo como su cogollo aliñado y acompañado de queso Comté. La primera de muchas sorpresas que nos aguarda con la cocina de Nino Redruello y Patxi Zumárraga.
¿Eres fan de la comida veggie y saludable? ¿No? Sea cual sea tu respuesta Barganzo es un restaurante que merece la pena conocer en cuanto tienes una oportunidad. Porque además de ser el local en el que puedes disfrutar del mejor hummus de Madrid, el resto de su carta está dispuesta a sorprenderte sin que eches de menos lo más mínimo platos de carne o pescado. Recetas con sabores a Oriente Medio donde el sabor, el color y el olor de cada plato nos permiten disfrutar de la cultura gastronómica mediterránea más auténtica sin tener que coger un avión.
Su carta está compuesta por ingredientes frescos que crean delicias como las alcachofas fritas con queso labane, el falafel o su fresquísima y deliciosa ensalada Barganzo. Excelentes compañeros de dos imprescindibles, su hummus, del que hay hasta siete platos diferentes, y sus platos de pita, con los que conoceremos un plato del que solo conocemos su versión cárnica más socorrida. Limonada casera, postres que innovan a diario y deliciosas infusiones completan la oferta de este restaurante situado en el barrio de Chueca en que vas a descubrir que eres más vegetal de lo que crees.