Decora con los peques la mesa para Navidad

A todos nos encantan esas preciosas mesas decoradas profusamente de Navidad y es una oportunidad ideal para lucir los preciosos trabajos manuales de nuestros hijos. Sobre un mantel con vuestros motivos preferidos hay diferentes elementos en los que los más pequeños de la casa pueden participar.

Se pueden colocar todos los elementos en un lugar concreto con piñas barnizadas y salpicadas con purpurina, velas y espumillón. Sin embargo, si la mesa es rectangular, os da la oportunidad de colocar a lo largo detalles a modo de camino de mesa. Elije copas y vasos de diferentes tamaños y deja que tus hijos los llenes de bolas de navidad y con otros pequeños de talles que a ellos les guste. También pueden hacer pinos con hilos de lana impregnados de cola de diferentes tamaños y colores o estrellas.

Los niños pueden hacer dibujos con motivos navideños diferentes sobre una cartulina. A saber, muñecos de nieve, campanitas, estrellas o árboles de navidad. Deja que los coloreen a su gusto y que escriban en cada uno de los dibujos el nombre de uno de los invitados. Luego sólo tienen que recortar las figuras y hacerles una pequeña figura en un lateral. Luego es tan sencillo como colocar cada figurita el bode de los vasos o de las copas y así cada uno de los comensales sabrá cuál es su lugar en la mesa.

Desde hoy mismo recolecta tantos cartones de papel higiénico como terminéis porque es necesario uno para cada comensal. Será lo que utilizaréis para colocar dentro los cubiertos una vez decorado con profusión. Podéis pintarlos de rojo intenso y, una vez seco, pegar detalles que recuerden a Papá Noel como su tradicional cinturón y su barba. También podéis pintar estrellas doradas, racimos de uvas o relojes para la Nochevieja.

Es una idea más que sencilla. Se trata de dejar que tus hijos elaboren tarjetas navideñas con ilustraciones y colores tradicionales. Permite dar a los pequeños toda la libertad para que se expresen sobre el papel con colores, ceras, témpera, acuarela, pegando purpurina, lana, papeles… Las posibilidades son infinitas. En cada tarjeta se escribe el menú previsto y se coloca una para cada comensal. Seguro que a los invitados les encanta la sorpresa.