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Si nos preguntan, casi todos los padres respondemos lo mismo: nos gustaría dedicar más tiempo a jugar con nuestros hijos. Sea el que sea el que les dedicamos, todos nos sentimos culpables. Parece que esa es hoy la manera natural de ser padre o madre. Quizá porque, efectivamente, casi todas las madres trabajan y ya no se dedican en exclusiva a la familia, pero quizá también porque hoy tenemos menos hijos y somos más exigentes y conscientes de la educación que queremos que reciban.
Todos nuestros protagonistas coinciden en ello y también en la importancia de eso que llamamos "tiempo de calidad", un concepto que nunca antes preocupó a la hora de criar a los hijos y que hoy nos parece esencial. "Quizá es que somos demasiado perfeccionistas", reflexiona Lorenzo Meazza, padre divorciado de dos niñas preadolescentes.
El estudio más grande del mundo, con más de 30.000 entrevistas a padres y niños de 12 países (Alemania, Corea del Sur, China, Estados Unidos, España, Francia India, Italia, Paises Bajos, Reino Unido, Rusia y Suecia), sobre el juego y la manera en que las familias disfrutan de su tiempo compartido ha sido realizado por Ikea. Es una continuación del "Informe sobre el juego 2009", que entrevistó a casi 8.000 padres y más de 3.000 niños, pero esta vez incorpora a adolescentes y padres de adolescentes.
Uno de los aspectos que el estudio pone de relieve es que todos, padres e hijos, quieren tener más tiempo para relajarse en familia. Coinciden en que les gustaría tener menos actividades extraescolares y disfrutar de más relax en familia. El 73% de los padres y el 49% de los hijos adolescentes quieren, sobre todo, estar juntos sin hacer nada especial, solo relajarse. Los padres consideran de forma aplastante (nueve de cada 10) que jugar es fundamental para el desarrollo y la felicidad de los niños. Pero, muchos de ellos admiten que, a menudo, se aburren cuando lo hacen.
El segundo aspecto que deja más que claro el estudio es que la tecnología es, con diferencia, lo que más preocupa a mayores y pequeños. Aunque por diferentes razones: unos porque quieren controlar su uso y consecuencias, y otros porque piensan que se les restringen demasiado.
de los padres y más del 25% de los hijos quieren más tiempo sin tecnología.
Tabletas, smartphones, consolas y ordenadores forman parte esencial de los juegos. Según el informe, los niños disponen de media de 1,5 dispositivos multimedia para uso personal; dos, si son adolescentes. De hecho, el estudio llama la atención sobre el hecho de que esto s aparatos electrónicos están sustituyendo la comunicación familiar. Un 25% de los padres admite, por ejemplo, que en ocasiones solo se comunican con su familia mediante mensajes de texto o en redes sociales. Por eso, casi el 75% de los padres y más del 25% de los hijos creen que en casa debería haber momentos libres de dispositivos.
Y, aunque todos coinciden en admitir que la tecnología es una fantástica herramienta educativa, un tercio de los padres confiesa no saber cómo administrarla. No están seguros de cuánto tiempo deberían pasar sus hijos en internet, aunque casi todos creen que la usan demasiado y muchos sospechan que sus hijos podrían ser adictos, pero no saben como impedirlo. Cuatro de cada 10 niños y seis de cada 10 adolescentes creen, sin embargo, que internet les ayuda a prepararse para su futuro. Y es un hecho que, en general, pasan más tiempo conectados de lo que creen sus padres
Eso sí, hay cosas que no siempre son lo que parecen. El estudio de Ikea se hace eco de recientes investigaciones realizadas en España y en el Reino Unido que desvelan cómo, en realidad, los padres hoy pasan más tiempo con sus hijos de lo que lo hacían sus propios progenitores. O sea que, a pesar de la omnipresente culpa, los padres de las primeras décadas del siglo XXI son menos absentistas de lo que tienden a creer, en comparación con los de la década de 1970.