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Dos años después de su magnífica y contundente carta abierta en la edición americana de The Hufftington Post reclamando que la plenitud de una mujer no está ligada a la maternidad, Jennifer Aniston vuelve a la carga con una nueva lección de femenismo al recordar que " lo que determina la felicidad en la vida de alguien no es el ideal que se creó en los años 50. Ese relato no lo escuchas para los hombres. Esto es parte del machismo, siempre la mujer es la despreciada, la desconsolada y la solterona. Nunca es lo contrario".
Y es que Jennifer Aniston está harta. Y con razón... Asegura que, a sus recién cumplidos 50, "tengo un trabajo genial. Tengo una familia genial. Tengo amigos geniales. No tengo razones para sentirme de otra manera que feliz" porque tiene claro que, a pesar de sus divorcios, "mis matrimonios han sido muy exitosos, en mi opinión. Cuando llegaron a su fin, fue una decisión tomada porque elegimos ser felices".
Porque sí, porque Jennifer Aniston pasó de ser la 'novia de América', a la novia despechada de Brad Pitt. Desde que el actor la dejó y se fue con Angelina Jolie (y ahora, ¿qué?), la eterna Rachel de 'Friends' siempre ha sido la 'pobrecita' de Hollywood. Estuvo felizmente casada con Justin Theroux pero el amor se les gastó, no sabemos si de tanto usarlo.
El caso es que, si para poner el broche al año del 8M y del 'Me too', el 2018 en el que las mujeres más nos atrevimos a levantar la voz, Jenn arremetió contra la concepción tradicionalista, retrógrada y machista de que la mujer solo puede ser feliz casada con un hombre, hace un par de años ya lo hizo, harta de que la 'embarazaran' día sí día también, y escribió en el HuffPost cosas tan inspiradoras como estas:
[...]"Ya que no estoy en redes sociales, he decidido dejar por escrito aquí mis pensamientos. Para que conste: no estoy embarazada. Lo que estoy es harta. Harta de ese escrutinio y de ese afán por hacer sentir mal a alguien por su cuerpo con el pretexto de estar haciendo periodismo, el primer artículo de la Constitución de las noticias de famosos".
Jennifer Aniston
[...]
"La cosificación y el escrutinio a los que sometemos a las mujeres es absurdo y alarmante [...] ¿Está embarazada? ¿Está comiendo demasiado? ¿Ha dejado de cuidarse? ¿Está su matrimonio contra las cuerdas porque la cámara detecta algún tipo de imperfección física?".
[...]
"El mes pasado me di cuenta de hasta qué punto definimos la valía de una mujer en base a su estado civil y familiar. La enorme cantidad de recursos que gasta la prensa simplemente para intentar dilucidar si estoy o no embarazada (por enésima vez) señala la perpetuación de esta noción de que las mujeres están de algún modo incompletas, son unas fracasadas o unas infelices si no están casadas y tienen hijos".
Jennifer Aniston
[...]
"Tenemos que decidir por nosotras mismas qué es bello en lo que a nuestro cuerpo se refiere. Esta decisión es nuestra y solo nuestra. Tomemos esta decisión por nosotras mismas y por las chicas que nos miran como un ejemplo a seguir. Tomemos esta decisión de forma consciente, lejos del ruido de los tabloides. No tenemos que estar casadas o ser madres para estar completas. Tenemos que definir nuestro propio 'y fue feliz y comió perdiz'".
Estos son solo algunos de los párrafos de esta 'carta abierta' al mundo que se ha convertido en viral ya ( la original, completa, aquí). Y yo entiendo a Jennifer Aniston perfectamente. Muchas hemos sido ella alguna vez. Porque parece que una vez que te casas (o tienes una pareja estable a determinada edad) te tiene que tocar 'el bombo' por decreto. Quieras o no. Puedas o no. Y las preguntas indiscretas, los chismes y las suposiciones se disparan. No hay conversación en la que no haya un "y vosotros, ¿para cuándo?", y las respuestas groseras se amontonan en la punta de tu lengua hasta que te la muerdes, callas y sonríes, que para eso eres una chica educada.
Entiendo a Jennifer Aniston, porque no soy madre, pero querré serlo cuando mi pareja y yo queramos. O quizá no, quién sabe. Pero lo que está claro es que como dice la actriz, " somos completas con o sin pareja, con o sin hijos".
Entiendo a Jennifer Aniston porque igual que cada mujer es un mundo, también cada pareja y cada forma de familia lo son. Y tener hijos o no es una decisión profundamente personal, que solo le interesa y concierne a dos personas en el mundo: vosotros. A nadie más.
De momento, no soy madre porque no quiero, porque no queremos, por una meditada elección de mutuo acuerdo con mi otra mitad. Pero, ¿qué pasa si un día me preguntas 'y tú, ¿para cuándo?' y te contesto que llevamos tres años intentando quedarnos embarazados pero no lo conseguimos? ¿Qué pasa si te digo que no puedo ser madre, aunque lo deseo con todas mis fuerzas? O que es mi marido el que no puede, y está sumido en una profunda depresión por ello.
No se tienen hijos porque toca ni porque 'se te pasa el arroz'. No se tienen hijos por convención y convicción social. Ni mucho menos por presiones familiares, o porque esté bien visto. Se tienen hijos porque se quiere, y porque se puede. Se tienen hijos porque se les va a poder querer y cuidar más que a nuestra propia vida. Porque ser madre y ser padre es una responsabilidad tan grande y de por vida que se debe asumir con plena consciencia.
Ojalá Jennifer Aniston nunca hubiera tenido que escribir esa carta, ni yo responderle con estas líneas. Porque "para que conste: yo tampoco estoy embarazada, y también estoy harta".
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